domingo, 13 de marzo de 2011

Los migrantes y las políticas públicas

José Guadalupe Isabeles Martínez

Las políticas públicas están enfocadas en la solución de problemáticas comunes. Hacer uso de estos instrumentos permite organizar y planear el presente construyendo un mejor futuro.


Por más que el gobierno federal de la mano de gobiernos estatales y cada una de las municipalidades en México, tengan responsabilidades jurídicas y morales con sus habitantes, hoy no se puede tan sólo hablar de un Estado mexicano como entidad monolítica y desagregada del plano colectivo en que está fundado. Esto nos lleva a pensar el trabajo de la administración pública de la mano de su sociedad, buscando resolver dificultades de manera conjunta, pero particularmente de una clara y definitiva corresponsabilidad de todas las partes.

Quizá nunca como hoy, en el inicio del siglo XXI, se ha dependido tanto del aparato de migrantes del país. Familias enteras se benefician en México de los sacrificios y esfuerzos en el extranjero, primordialmente en Estados Unidos. Desde que se han ido perfeccionando los lazos entre los clubes de migrantes y los distintos gobiernos de los 3 órdenes, una nueva historia ha venido a tomar el lugar para ser escrita. Pero, ¿cómo puede el migrante favorecer el desarrollo de sus comunidades en México? Las políticas públicas son parte de la respuesta.

Ante todo hay que tener bien claro que el Estado mexicano se constituye de 3 órdenes de gobierno (municipal, estatal, federal), en términos de “orden” ninguno es superior a otro. De ellos emana la inherente responsabilidad de prestar atención y solución a los problemas sociales. El reto se expresa a través de las políticas públicas y en nada con medidas asistenciales y bonachonas que tan sólo deterioran las capacidades y potencialidades sociales.

De conformidad con Carlos Ruiz Sánchez, (Manual para la elaboración de políticas públicas, 1996: 15), la política pública puede variar en su definición dependiendo del investigador. Las hay en algunos casos muy generales, por ejemplo: “Aquello que el gobierno escoge hacer o no hacer”, hasta descubrir propuestas mejor elaboradas como: “Una práctica social y no un evento singular o aislado” ocasionado por la necesidad de “reconciliar demandas conflictivas o establecer incentivos de acción colectiva entre aquellos que comparten metas, pero encuentran irracional cooperar con otros.”

Una definición general sería: “sistema de leyes, medidas regulatorias, cursos de acción, y prioridades de financiamiento relacionadas con un tema dado y promulgado por una entidad del gobierno o sus representantes” (Dean G. Kilpatrick, Definitions of Public Policy and the Law). Sin abundar más en ello, la esencia de las políticas públicas refiere a su construcción, implementación y evaluación de líneas de acción, para lograr desarrollar la mejor solución a problemas sociales.

Si hablamos de una corresponsabilidad en una etapa donde cada vez se hacen más necesaria la interacción humana y colectiva, no podemos soslayar que los migrantes en el extranjero deban incluirse en la formulación de políticas públicas en sus lugares de origen.

No hace falta decir que la mayoría de las municipalidades en México se encuentran en situaciones realmente desventajosas dados los recursos económicos con que cuentan; por sus recursos humanos, de los que muchos no tienen una formación adecuada o incluso mínima que les permita proyectar al municipio y una visión largoplacista de lo que podría ser su población. Comúnmente la capacidad administrativa, organizativa y operativa impide que el municipio impulse políticas públicas de calidad y dignas de ese nombre.

De ahí el inminente menester de que los migrantes participen de la respuesta a problemas comunes haciendo uso de estos instrumentos. De esto se desprende que los clubes de migrantes aprovechen el esquema ofrecido por la política pública (más que de la política misma, que es distinto), a fin de garantizar más oportunidades y mejores condiciones de vida a quienes les esperan en México. Desde la creación de una biblioteca comunitaria, la atención de problemáticas derivadas del pandillerismo, hasta fomentar la cohesión social bien pueden ser objeto de las políticas públicas.

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