Samuel Rivas Peña llegó nuevamente a la silla municipal, con apenas 5,309 votos de 22 mil 982 posibles electores en el listado nominal. Rivas es un presidente ilegítimo, lo declaran los números, y seguramente lo será por el resto de su mandato. Todo depende. Así, el otrora militar llegó con el 76.86% de los sufragios en contra. El “pueblo” lo eligió, otros más dijeron “arrasó”. El caso es que las reglas democráticas del sistema le dieron el triunfo, y hoy hacemos un comentario a sus primeros 100 días.
Hay aspectos tangibles, pero lo que reflejan son parte de una “fábrica de percepciones” entre sayulenses. Lo que se tiene que hacer se está realizando, se limpia la sucia cara a la política sayulense. Hoy Rivas hace lo que tiene que hacer, pero no se aprecia más que eso. El ser titular del Consejo de Seguridad de la Región Sur, en que Sayula se encuentra, es un punto a su favor, y si decimos que lo es por tercera vez, bien podemos preguntarnos por qué, ¿lo es acaso porque nadie quiere ese puesto? Me pregunto si de verdad don Samuel es realmente un hombre respetable y digno de llevar la estafeta de nuevo, ¿para quién?
Otro aspecto positivo, es la creación del primer Comité Vecinal en la colonia Lomas del Río. Habrá un segundo, un tercero, ¿y así sucesivamente? Reflexionemos un poco sobre si la conformación del comité es estrictamente ciudadana y no está en alguna forma politizada, inclinando la balanza hacia don Samuel. La pregunta es si en el futuro inmediato no será manipulado por el Ayuntamiento.
Las tareas de alumbrado público, parques, jardines, baches tapados, y seguridad, es un “deber” no un “favor” el que se hace, pues como representante de Sayula Rivas está obligado a cumplimentar los fines del Estado, pues la municipalidad es un órgano de éste que, al momento de no satisfacer las demandas sociales, en ese momento deja de serlo.
Así, el veterinario “corre apresurado” y trata de enderezar el timón del barco, navegando con rumbo desconocido y medio hundido (ya estancado dirán algunos). No obstante, de lejos apreciamos el barco sin una orientación clara, y mientras Rivas dice “vamos bien, vamos bien”, otros alcanzan a ver cómo la embarcación se dirige hacia un mejor cielo, pero no hacia mejor puerto.
El perredista señaló en su discurso inaugural: “México no se puede detener”, que México seguía “adelante”. Otra de las premisas en lo que hoy parece más retórica y demagogia, fue que para salir avante Sayula debía trabajar de la mano con el gobierno, uno con “ética”, “transparencia” y con visión de “largo plazo”. La “disciplina” sería capital. Yo me pregunto dónde está todo eso, o que nos aclare el alcalde ¿cómo pretende tener visión de “largo plazo” cuando el aparato policiaco gana menos que los policías de Atoyac?, ¿cómo si no les quiere soltar el aumento que Andrés dejó aprobado del 20%?
El munícipe tiene qué afrontar la responsabilidad y obligación que se echó encima, de lo contrario debe renunciar. Por los regidores de “oposición”, más parecen marionetas de Rivas (ya no decir del grupo rivista), pues llegan a sesionar y deben aprobar lo que ya acordó el “jefe máximo” en concertación. ¿Cómo presentar proyectos sustantivos y que sean tan siquiera tomados en cuenta, si Rivas monopoliza las comisiones más importantes que en principio agandalló?
La lectura es que, estos días pueden ser estimados a partir de: a) la percepción hasta hoy creada, o b) a la luz de los hechos. El autoritarismo, unilateralismo, insolencia, opacidad, hermetismo, egocentrismo, megalomanía […], configuran hoy un Ayuntamiento que más parece subyugarse a un personalismo fundado en su “caudillo”, que a una personalidad colectiva cimentada en la ciudadanía sayulense. No se vislumbra una política integral en materia de salud, educación, desarrollo (diferente de crecimiento) económico, integración social, ni pobreza. No se aprecia un alcalde, menos un cuerpo de regidores, con la potente voluntad de cumplimentar las expectativas de Sayula.
Opinión Virtual: www.youtube.com/joseisabeles
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