Secretario General
H. Ayuntamiento de Sayula, Jalisco
Hace días se publicó en internet una nota informativa que me llamó la atención, se trataba de los robos que se hacen a la paraestatal PEMEX a través de tomas clandestinas. De acuerdo a dicha nota, el robo a PEMEX por las tomas clandestinas asciende a miles de millones de pesos, ya que se estimó en 300 mil barriles la cantidad de energético robada entre enero y abril de este año, lo que representa pérdidas por tres mil millones de pesos, cifra que supera el total registrado durante todo 2010.
Lo anterior en razón de que al día en que se publicó la nota (16 de Junio de 2011) se habían descubierto 556 tomas clandestinas, cifra que es preocupante al compararla con las 710 que se contabilizaron durante todo 2010. Es decir, tan solo en la mitad del presente año se detectó un número superior al que en su totalidad se contabilizó durante el año pasado, lo que demuestra un incremento considerable en este ilícito que daña severamente a nuestra paraestatal.
En realidad no es nuevo el tema, siempre ha sido un secreto a voces el saqueo que ha sufrido PEMEX durante su existencia, siempre ha habido denuncias al respecto. Recordemos una de las más fuertes que consistió en el financiamiento de una campaña presidencial en el año 2000, al final las autoridades competentes determinaron la ilicitud del desvío de ese recurso, pero las responsabilidades y sanciones fueron mínimas.
Lo interesante de todo esto es que a pesar de lo anterior PEMEX durante décadas ha sido el principal soporte de nuestra economía nacional, ya que presenta el 40% del PIB. Y lo paradójico es que siempre se ha querido privatizar, creo que aún recordamos los grandes debates y luchas que se dieron hace poco más de dos años cuando a toda costa se intentó privatizar PEMEX para permitir que empresas trasnacionales invirtieran en nuestra petrolera. Al final de cuentas no se logró del todo el propósito privatizador aunque sí hubo avances en esa tendencia.
Por un lado PEMEX representa la principal fuente de ingresos de nuestro país, pero al mismo tiempo se considera que también representa la principal fuente de corrupción. Aunado a lo anterior, lejos de invertir para su modernización, se escatima mucho dejando en el atraso a esta empresa y una vez que se le coloca en ese retraso tecnológico, es lo que se toma como pretexto para intentar privatizarla bajo el argumento de que necesita recursos para su infraestructura pero el Estado carece de dinero para invertir, por eso se quiere justificar que la iniciativa privada sea la que invierta.
Es lógico pensar que si grandes empresas trasnacionales se interesan en invertir en PEMEX es porque se trata de un negocio redituable, insisto, el que a pesar de que no se le invierta en su modernización y aún así represente la principal fuente de riqueza de nuestro país, significa de manera inequívoca que sí genera grandes utilidades, las cuales pueden aumentar de manera sustancial si se le invierte más.
Obviamente, la diferencia de aumentar las utilidades siendo una paraestatal o siendo una empresa privada, estriba en quién se beneficiará de esas utilidades. En el primer caso, sería directamente nuestra nación, es decir, todos nosotros como mexicanos. Pero en el segundo supuesto, los únicos beneficiarios serían unos cuantos, los grandes capitalistas que inviertan en PEMEX para que sea más redituable. Este es el punto esencial en el que gira la conformidad o inconformidad con la privatización.
O ¿cuál es el beneficio que recibimos nosotros de Telmex que antaño era del Estado, se privatizó, efectivamente se modernizó pero todos estamos pagando uno de los servicios más caros del mundo? Y así podemos seguir enumerando más empresas que fueron privatizadas y que los beneficios llegan solo para sus dueños.
En fin, aquí lo importante en el caso de PEMEX es cuidar que no se privatice, pero también cuidar que no siga siendo la principal fuente de corrupción, cuidar que no siga siendo objeto de saqueos, de robos y de todo lo que provoca que sea una empresa un tanto desactualizada, carente de infraestructura suficiente para competir en los mercados internacionales. Tenemos que luchar porque PEMEX genere mayor riqueza para todo nuestro país, solo así se podrá combatir a fondo la pobreza y rezago social que padecemos. Ojala podamos entenderlo todos de esta manera. O Usted qué opina estimado lector.
Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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