El Carretero…
Hola a todos los amables lectores de esta columna semanal. Como lo había anunciado en Facebook (Carretero de Jalisco), este trabajo dejó de aparecer en el semanario Horizontes de Sayula Jalisco, luego de diferencias con los criterios editoriales de dicha publicación, con la cual comencé a escribir en el año de 1997, y que luego de un primer distanciamiento, volviésemos, mediante una negociación hace poco más de dos años. Dada la opción oficialista del semanario, mis puntos de vista críticos de la actual administración municipal de Sayula, me alejaron cada vez más de la línea editorial que optó por moderar las críticas a ése Ayuntamiento.
Pese a que públicamente no se haya reconocido tal postura, era evidente que mis notas dónde señalaba los errores y omisiones del actuar del la administración perredista de dicho municipio en perjuicio de la ciudadanía, eran relegadas a interiores con letra más pequeña en beneficio de los boletines de prensa del mismo Ayuntamiento que aparecían en no pocas ocasiones como notas firmadas por el director de ese medio.
Por si esto fuera poco, en el espacio editorial de la página dos, que define la política editorial del medio, aparece una columna cuyo autor es el actual secretario del ayuntamiento de Sayula, Arturo Fernández, que es también según el directorio del medio, el subdirector de ese semanario. Por ello y otras actitudes que he interpretado como poco éticas, con respecto a mi trabajo, del editor de Horizontes, decidí dar por terminada mi relación con ese medio. Esto no es una denuncia publica, sino una aclaración a mis lectores, porque quienes leen el citado medio semanal en el municipio de Sayula habrán notado todo lo anterior, así como la inclusión de apologías del actuar del Ayuntamiento y contra críticas del mismo por gente como Benjamín Díaz Delgadillo, que utilizando pseudónimos aparecía intermitentemente en las paginas de horizontes.
Éste personaje, conocido como “Don Benjas” protagonizó una querella publica en los medios, en el trienio anterior de Samuel Rivas Peña actual presidente municipal de Sayula, con el director de Horizontes, quien no tuvo hoy empacho de incluirlo en sus paginas e incluso permitirle la utilización de pseudónimos para hacer contra critica del ayuntamiento y desestimar manifestaciones de repudio de la ciudadanía al actuar del mismo. En la página electrónica de Horizontes muchos lectores se dieron cuenta que, sus comentarios a las notas allí aparecidas, cuando eran contrarias a la postura oficialista del medio, no eran tomadas en cuenta y no se publicaban en el espacio que la pagina ofrecía para ello. Esto último, negaría cualquier apreciación subjetiva de mi parte con respecto a los compromisos de ese medio con el actual Ayuntamiento de Sayula. Por lo pronto La Carreta y los Bueyes, aparecerá semanalmente en facebock y, como lo venía haciendo, en la pagina electrónica del periódico El Sur, de Zapotlán el Grande Jalisco. Quedando a disposición de cualquier otro medio impreso que la solicite, previa negociación. A todos los lectores, muchas gracias por su confianza y apoyo.
Prensa lambiscona y marginación…
La semana pasada, el día 7 de junio día de la libertad de expresión, el presidente municipal de Sayula, Samuel Rivas Peña, convocó mediante invitación al gremio local de periodistas a una conferencia para conmemorar tal fecha. Algunos de los colaboradores de los medios impresos de este municipio, alabaron y hasta agradecieron la iniciativa del alcalde, sin reflexionar su significado. Se dieron por bien servidos con la rifa de una cámara fotográfica y el obsequio de una memoria USB para cada uno de los asistentes a la conferencia-celebración de marras.
Y por su puesto interpretaron como austeridad aplaudible el evento que substituyó la tradicional comida que en años pasados se ofrecía a los periodistas locales. Olvidando el derroche de recursos en las obras de la calle Silverio Núñez, calle por donde vive el “austero” presidente municipal en Sayula, cuya historia quisieron manipular los medios oficiales, pero cuyo intento fracasó gracias a los vecinos que denunciaron el caso de negligencia del propio alcalde, que al remodelar la calle olvidó las tuberías del servicio de alcantarillado, por lo que una vez terminados los trabajos, ordenó demolerlos para atender su olvido en el subsuelo, empezando todo de nuevo con el gasto que ello implicó al municipio.
Fue necesario un chivo expiatorio para salva guardar la imagen del primer edil, que en esta ocasión, según el descarado oficialismo del semanario local Siete Días, fue el encargado de obras públicas del ayuntamiento. También olvidando la agresión que sufrió un tal señor Guttman, reportero del semanario local Formato al estar cubriendo una denuncia ciudadana para ese medio, en la recién inaugurada tienda Soriana, a la que se le entregó por parte del ayuntamiento un permiso ilegal de venta de vinos y licores.
Guttman fue sacado con lujo de violencia de la mencionada tienda por elementos de la policía municipal y remitido a la cárcel por su labor de informar; la prensa oficial, el semanario siete días, acusó en sus paginas a Guttman de agredir a personal y clientes de la tienda, en estado de ebriedad y drogado, lo cual resultó ser falso. Aunque a muchos al hacer su reseña se les olvidó, el propio Guttman en la citada conferencia tomó la palabra para recordárselos frente al propio Rivas Peña, al que acusó de amenazas, cosa que no mencionan los olvidadizos periodistas del oficialismo en Sayula.
En este contexto la conferencia de marras que tenía como fin la capacitación a modo desde el poder político local, del gremio de comunicadores, disertó sobre la ética en la labor periodística, la correcta sustentación de la información que se oferta: fuentes, documentos, investigación. Algo que acusa veladamente a los medios locales de poco confiables y antiéticos. Dejando a los mismos como menores de edad, al no considéralos capaces de asumir su propia responsabilidad ética y profesional en el manejo de la información. La cooptación de los medios por parte del ayuntamiento perredista de Sayula, es una realidad con tres quinta partes de la prensa local impresa; básteme recordar que el semanario local siete días, fue exhibido en video de internet como comparsa del ayuntamiento sayulense al difundir una mentira con respecto a una supuesta universidad tecnológica que la administración municipal gestionaba para Sayula.
En cuanto a los periodistas locales, en particular los más acérrimos críticos de Rivas Peña, hemos visto obstaculizada nuestra labor de distintas formas: siendo marginados, desacreditados, detenidos, exhibidos, calumniados, amenazados, intimidados, por el poder que, como a otros, no nos ha podido comprar. Desde el virulento David Guttman, Prensa Sayula, El Formato; con su forma muy particular de abordar la critica; hasta Mariana Jiménez del Formato con su peculiar estilo, pasando por un servidor, Jorge Ramos y Pancho López Apodaca (sayulense), por ser incisivos y críticos a la administración municipal presidida por Rivas Peña, somos considerados periodistas de segunda, por celebraciones paternalistas y autoritarias del 7 de junio, y personas no gratas para la administración municipal. Resulta ridícula la postura del ayuntamiento en el caso de la conferencia ofrecida, a pesar de todas las credenciales del ponente, si se comprende que se pretende celebrar lo que se reprime y no se acepta: la liberta de expresión. Se entiende que esta libertad es un derecho que confiere también una responsabilidad, que como adultos libres los periodistas asumimos: ética y profesionalismo. En otras palabras: no necesitamos bules pa´ nadar…
Alcohol y volante, una muerte por semana en Sayula…
Apenas nos recuperábamos en Sayula de la tragedia de una volcadura por la carrera a San Gabriel la altura del kilómetro 2, que tuvo como saldo dos personas muertas, una de ellas, lamentablemente una jovencitas de apenas 14 años de dad, cuando nos enteramos de un accidente en Usmajac, donde, de nuevo un jovencito perseguido por la policía impacta su auto con una finca en su huida, quedando prensado en al interior y gravemente herido. Muertes innecesarias y evitables, por las que nadie parece hacer nada.
Si bien sería especular, de mi parte, por no tener información oficial, por las características de ambos hechos mencionados no es difícil deducir que el alcohol estuvo presente en ambos percances. Lamentablemente, en lo que va del año, son ya varias las muertes de fin de semana en las que se deduce de la misma manera la mezcla fatal de alcohol y volante: personas jóvenes conduciendo a alta velocidad, por las calles o carreteras del municipio, lo que termina en desgracia y luto.
Insistente mi llamado desde aquí para que el reglamento municipal se revise y no se eche a los jóvenes a las calles en sus vehículos a tomar, porque los lugares para ello en el municipio son hostigados por reglamentos y cerrados apenas empezando la noche. Esto hace que la oferta y calidad de servicio en bares y discotecas sea pobre, pues es una inversión riesgosa (el permiso para abrir en el municipio un lugar de estos en sí no es caro, sin embargo hay que pagar en mordidas hasta 50 mil pesos o más para que se autorice, y encima soportar el hostigamiento de reglamentos una vez abierto el negocio).
Es más redituable, en las actuales circunstancias, la venta clandestina de alcohol en tiendas y tendejones toda la madrugada, en lo que ya se conoce como “la cantina de Rivas”. ¿Cuántos más tendrán que morir por el capricho de unos cuantos que creen que su moral es la mejor y la imponen autoritariamente a los demás? Tomemos conciencia de ello, porque, amigo lector, sayulense o de la región, su hijo, si visita o vive en el municipio, aun cuando no tome, podría estar en riesgo el próximo fin de semana en que la demanda de alcohol se dispara en el municipio y la oferta y seguridad en su consumo disminuyen por una política represiva al respecto, fundada en la doble moral del presidente municipal y su sequito de cortesanos hipócritas. Los regidores de oposición son cómplices de estas muertes innecesarias, y unos ineptos en el cargo que se les confió al abandonar a su suerte a los jóvenes que toman y manejan en el municipio, sin más opción…ahí se ven pues.
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