Por: Luis Mario Téllez Ríos.
Estudiante de la Licenciatura en Creación y Desarrollo de Empresas (LCDE). ITESM, Campus Laguna.
Estamos a un año y medio de las elecciones internas de los partidos para elegir a sus respectivos candidatos presidenciales y a 2 de las generales en las que los mexicanos habremos de elegir a nuestro próximo Presidente de la República.
Como bien sabemos (y como no, si todo el día lo vemos en “infomerciales” y en las noticias, sobre todo nocturnas, de Televisa) el candidato puntero es el priista Enrique Peña Nieto, actual gobernador del Estado de México, quien ha tenido una administración gris, al registrarse en ese céntrico estado el mayor número de feminicidios a nivel nacional (inclusive más que en la atribulada Cd. Juárez) y al elevado número de desempleo, marginación y niveles delictivos en general, aunque siempre termine por echarle la culpa de los problemas al “entorno nacional e internacional que vivimos”, como si eso lo eximiera de redoblar el paso y de buscar alternativas frescas e innovadoras que permitieran resolver los problemas del estado más poblado de México. Además, un político como él, que trata de darse a conocer y popularizarse en base a novelas y exhibicionismos personales no habla, en mi opinión, de mucha seriedad política tan necesaria en estos momentos complejos que vive el país.
Por otra parte está el senador panista Santiago Creel Miranda, quien si bien durante su período como secretario de Gobernación no se caracterizó por hacer que los acuerdos y las reformas estructurales avanzaran, es hoy el preferido por los albiazules y por el público en general para contender por dicho partido, quizá lo único rescatable sea su genuino interés por acotar el poder del duopolio televisivo, que ya es decir mucho. Asimismo, se encuentra la diputada federal Josefina Vázquez Mota, quien tampoco se ha caracterizado por sus logros, puesto que en su gestión como secretaria de Desarrollo Social con Fox los niveles de bienestar en la población más pobre no se vieron precisamente mejorados y no se diga de su gestión al frente de Educación Pública, en donde si bien logró signar el Acuerdo por la mejora educativa entre el gobierno y el sindicato, no se han visto avances significativos para rescatar a la educación pública del mediocrísimo lugar en que se encuentra.
En la izquierda se ubica el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, si bien en los últimos meses hemos visto una disminución de su retórica agresiva y poco madurez política, dudo mucho que obtenga el gran apoyo ciudadano que recibió hace ya 4 años, se dedicó pues a dilapidar su enorme capital político con berrinches que solamente lo afectaron a él y a su partido. En la misma izquierda, aunque en el ala más progresista, se encuentra el perredista y hoy jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, quien en mi opinión es la mejor opción, ya que su administración se ha caracterizado por los apoyos que brinda a estudiantes, mismos que han permitido reducir sustancialmente los niveles de deserción escolar, así como obras de infraestructura; la ampliación del metro y colaboración para la construcción del tren suburbano que movilizan a millones de usuarios, ambos de vital importancia para el futuro de la ciudad y a su agenda social progresista; como la legalización de los matrimonios homosexuales. Sin embargo, es preciso decir que la creciente inseguridad pública del fuero común y la impunidad en los delitos persisten.
Así pues están son las opciones que se van perfilando rumbo a los comicios presidenciales de 2012, sería prudente empezar a analizar y ejercer nuestra obligación ciudadana de calificar a los posibles candidatos para tomar la mejor decisión y rectificar el rumbo del país y mejorar lo que ha funcionado.
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