martes, 26 de abril de 2011

Twitter en la construcción del posicionamiento político

José Guadalupe Isabeles Martínez

Muchas felicidades a las Fuerzas Armadas por la captura de el ‘Kilo’ y toda su banda de ‘zetas’, autores de la masacre de migrantes ahí” (Calderón en Twitter)

El sucinto análisis de la expresión anterior vertida en Twitter hace algunos días por el presidente de la República Felipe Calderón, parte de la pregunta: ¿está bien utilizado el instrumento -Twitter- a fin de construir o afianzar un posicionamiento estratégico, en este caso del presidente? La respuesta es no. Para muchos pudo pasar desapercibido, pero para los comunicadores que hacen noticia de una frase o comentario que recientemente adquieren mayor voz en las redes sociales, el hecho puede resultar en una serie de críticas feroces e imparables.

Hemos sido testigos de la realidad virtual que nos proveen los medios de comunicación, que a su vez puede ser visto como algo que atraviesa uno a uno los eslabones de una misma cadena. Primero se parte del suceso (la muerte de migrantes y no migrantes enterrados en fosas clandestinas), posteriormente vienen los rumores que suelen correr como pólvora en la vox populi; pasando por el eslabón de las autoridades involucradas en el hallazgo; hasta llegar a cada uno de los medios de información que le dan un tratamiento, a veces sensacional, espectacular, imparcial, parcial, académico, o desde cualquier otro frente; llegando finalmente al eslabón que compone la sociedad en general o referida igualmente como opinión pública (aunque también deberíamos considerar la opinión publicada).

El punto de esta primera señalización remite a que se trata de una realidad, que en muchos casos no se atiende haciendo honor a la verdad, se desvirtúa en el camino y da pie a supuestos y desde luego a ataques políticos, sin hacer menos, claro, al hecho de los muertos enterrados, pero las más de las veces magnificando o simplemente proporcionando percepciones variadas de un mismo hecho, lo que a su vez ya suscitaría varios hechos de un mismo acaecimiento, valga la redundancia.

Lo que se quiere dejar claro, es que el acontecimiento de las fosas clandestinas reviste especial trascendencia, no por el número de muertos, no por que las autoridades se hayan visto rebasadas, sino más por la esencia de surrealismo con que se están desnudando los eventos en la materia. Dicho esto, ¿cómo puede alguien referirse con tal infantilismo ante la importancia de lo descrito?

Es decir, las felicitaciones no necesariamente caben en el contexto citado, mucho menos si se habla de uno de los tres poderes de la Unión. Se felicitaría a las Fuerzas Armadas por su aniversario en gestas históricas; por el día del Ejército y Fuerza Aérea; al hacer corte de caja tras un periodo funesto, en la poco más que corta historia sexenal en el combate antinarcóticos; o si se desea se pudiera hacer, pero en privado; mas no en público y ante tal contexto. El “muchas felicidades” simplemente parece no encontrarse en el mejor lugar.

Continuando, referirse al Kilo y a “toda su banda de zetas” de parte de un presidente cuyo encargo es la más alta magistratura del país (y asumiendo que fuera él quien escribe), por lo menos ocasiona fruncir el ceño por un instante. A punto pareció haber estado y decir: “toda su banda de matones.” No es que no sea verdad que los detenidos constituyan esa banda, pero hablamos de una cuestión de semántica. O sea, el toda su banda adquiere un significado distinto al simple haber escrito: “los responsables de…” o quizá hubiera sido mejor sustituirle por: “y sus acompañantes responsables de…”

Ahora, el “autores de la masacre de migrantes ahí”, llama la atención por el ahí. ¿Ahí?, ¿dónde? Es de suponer que donde fueron detenidos los implicados, pero como sea lo deja a la imaginación de quien solo se informa por lo que diga el Ejecutivo. Puede ser que el orden de los factores no altere el producto, como suele indicarse y suele suceder (aunque no siempre). En ocasiones pasa que con las prisas no se dan cuenta los que escriben, que las cosas se han escrito, sino mal, inapropiadamente, lo mejor sería leer y releer cuanto sea necesario la misma expresión antes de darle click y publicarle.

Twitter, a diferencia de Facebook, solo acepta un número limitado de caracteres (muy limitado, dirán otros), lo cual obliga a destapar el ingenio al momento de escribir algo. Además de que se tiene que pensar en transmitir en un texto corto el mensaje con el mayor de los aciertos. Esto a veces no se logra, como ocurrió en el tweet del presidente. Se puede decir que el orden de las palabras no es el correcto, que falta información, sumado a lo que ya se dijo.

Si meditamos un poco más, caemos en la cuenta que el mensaje en Twitter refleja un nivel bajo de análisis, poco rigor intelectual, una coherencia no con gran exactitud, ligereza y prisas al momento de redactarlo, y en general falta de cuidado y tino en lo que se dice.

Aunque parezca que Twitter y en general este tipo de herramientas no influyen en el posicionamiento estratégico de candidatos y funcionarios, debe pensarse todo lo contrario. Ciertamente no terminarán con el derrocamiento de un mandatario –al menos no en México ni por lo pronto-, como tanto se ha presumido, por ejemplo, que las redes sociales hicieron las revoluciones ciudadanas en Medio Oriente –lo cual es una gran falacia, aunque sí han secundado la generación de percepciones e información-. Sin embargo, tales instrumentos sí permiten construir una presencia en Internet y en la sociedad en general, un prestigio, y sucesivamente un posicionamiento estratégico en los distintos segmentos (públicos) que de ellos se deriven.

Skype: isabeles5
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