Fui un grafitero, participé en riñas, unas veces golpee, otras muchas fui golpeado, a la cárcel municipal fui a parar…
José Guadalupe Isabeles Martínez
José Guadalupe Isabeles Martínez
El pandillerismo es un asunto delicado en todo Sayula. Ha venido a hacer del municipio tierra fértil para su cultivo y cosecha durante años. Y ¿qué ha hecho el municipio para atender la situación? Para brindar soluciones a este respecto tendríamos que identificar primero el problema e involucrar en ello a quienes están directamente relacionados.
Por supuesto que no hay soluciones mágicas. Para nada. Pero, ¿qué se puede hacer? Bueno, pues, mucho. Lo más difícil aquí es identificar el problema, porque si partimos de una problemática equivocada todo lo que trabajemos por consiguiente estará sesgado y los resultados sin temor a equivocarnos no serán los deseados. Entonces ¿cuál es el problema en relación a la violencia? A simple vista se puede decir que lo es el pandillerismo. O bien se puede señalar la acción o acciones muchas veces negativas que se desprenden de él, tales como alcoholismo, drogas, violencia, etc.
Hasta aquí tenemos dos posibles problemas. Pero podemos agregar más. La educación, desintegración familiar, falta de empleo, pobreza o más genéricamente la falta de oportunidades para el desarrollo. No obstante, el problema o causa de todo puede ser visto como la pobreza, y ésta a su vez deriva entre otras cosas en el pandillerismo. De ser así se asumiría al pandillerismo como un problema. Sin embargo, al hacer esto caeríamos en una actitud discriminatoria contra esta forma social de organización que no necesariamente debe apreciarse en su totalidad como negativa.
También quiero decir que no estoy viendo este asunto como cualquier cosa, o que tomé este caso así como pude haber tomado otro, lo cual quiere decir que nada se del pandillerismo y que mucho menos entiendo algo. Déjeme contarle que en mi adolescencia fui yo un pandillero. Al ser un muchacho inmaduro, inestable y rebelde tomé como pretexto los asuntos familiares para refugiarme en el pandillerismo. Fui un grafitero, participé en riñas, unas veces golpee, otras muchas fui golpeado, a la cárcel municipal fui a parar… cometí estupideces.
Esta parte de mi pasado es algo de lo que no me siento necesariamente orgulloso, pero que ya constituye una porción importante de mi y es algo que de vez en vez viene a mi mente para no olvidar de dónde vengo y quién soy. En fin, hoy estoy a cosa de un mes de recibir mi título profesional de Licenciado en Ciencia Política, y mi vida al menos en ese sentido ha dado un giro de 180 grados.
Continuando, es necesario localizar aquellos puntos conflictivos o con cierto potencial de ello. Para esto posiblemente se tendrían que identificar todos los barrios más desatendidos o donde existe un templo y por consiguiente una virgen o un santo, lo que nos lleva a tener que considerar prácticamente todo el municipio (La Candelaria, el Santuario, San Miguel, San Lucas, La Virgencita, etc.). Consideremos el barrio del Santuario. Como en general pasa con el municipio, este es un barrio menesteroso con calles marginadas, y sin parques más allá del que tiene el templo, y a reserva de lo que entendamos por “parque.”
Parte de una política integral sería reparar las calles con cemento hidráulico (calidad, siempre calidad), pero involucrar a la gente de la colonia para que haga suyo el proyecto. Los primeros involucrados serían los miembros de la pandilla local. Que sean ellos quienes carguen los materiales, ellos quienes excaven, ellos quienes se hagan responsables del éxito de esta obra. Otra medida sería construir un Centro Comunitario en el barrio, donde también participe de su construcción el principal grupo de enfoque. Que ellos carguen sus materiales, que ellos hagan la mezcla, que ellos peguen ladrillo…
Porque más allá del simple opinar qué requiere su colonia para progresar e incluso ser tomada como modelo por otras, los beneficiarios han de involucrarse con acciones en las actividades. Clases de inglés, mandarín, sobre algún software en especial, reparación de computadoras, oficios, y hasta conferencias y muestra de documentales pueden ser parte de la estrategia de enseñanza y rescate en estos centros comunitarios. Toda la comunidad del barrio, particularmente la niñez y los jóvenes serán los beneficiarios.
Participar en la dignificación de sus colonias reparando y/o pintando las fachadas de sus casas y vecinos, son labores que fomentan la cohesión social. Restaurando los interiores y sustituyendo los pisos de tierra por pisos dignos. Los pandilleros podrían construir un centro de acopio de papel, cartón, plástico, aluminio, cobre y fierros para venderlos en Guadalajara. Hasta podrían edificar dos empresas: una de pintores profesionales y otra de recolectores de materiales. ¿No es esto interesante? Pues hay en cada uno de nosotros un mundo inimaginable y un potencial muchas veces desperdiciado.
PD. ¿Qué está haciendo el presidente municipal perredista Samuel Rivas Peña?: ¿…?¿Qué puede hacer el alcalde y su cabildo?: Bastante. ¿Lo harán?: Lo dudo.
Twitter: @joseisabeles
Skype: isabeles5
Cel. (044 / 045) 81 1313 7011
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