miércoles, 26 de enero de 2011

Revolución: el signo de una época

Por José Guadalupe Isabeles Martínez

La verdad es la única realidad” (Juan Domingo Perón)

Los recientes sucesos a los que asistimos en la actualidad, y apenas en la recién nacida segunda década de esta centuria, son, sin pensarlo dos veces: estremecedores. Más allá de los pseudo medios de comunicación que tenemos en México, como Televisa y TV Azteca, que se encargan de echar a perder su audiencia con el populismo mediático de los talks shows de Laura Bozzo; existen medios que nos informan a detalle de la apresurada configuración que día con día parece convertirse en una amenaza global y a la vez una extraordinaria oportunidad.

Hablamos de una amenaza al establishment que dirige y manipula el destino de miles de millones de personas en el planeta. Hablamos de una alineación que se fragua en estos momentos y desde hace décadas, ante la injusticia y la indiferencia de muchos de los sistemas políticos del mundo. Una alteración en las estructuras de los gobiernos, es lo que ya estamos viendo.

Cualquiera puede observarlo en Túnez, país de África del norte, y parte a su vez de la región de Medio Oriente, donde hace días las manifestaciones públicas derivaron en revueltas sociales y represión de las autoridades, lo que resultó en más de 100 muertos por la brutalidad sistémica. Causa de ello el presidente Ben Ali (dictador desde 1987), huyó del país obligado por las circunstancias.

Tras la formación de un gobierno de transición, liberación de presos políticos, etc., las protestas exigieron la disolución del gobierno de unidad al quedar constituido por ex miembros del gabinete de Ben Ali, que lo único que hicieron fue renunciar al partido gobernante (RCD). Al cierre de estas líneas se exige enfáticamente en Túnez las renuncias del primer ministro, del ministro de defensa, entre otros. Mas el gobierno interino no cede todavía y las protestas siguen en pie con el apoyo de profesores, el sindicato más grande del país, e incluso policías que ya convocan a huelga general.

Los hechos en Túnez han alentado otra serie de protestas en El Cairo, Egipto, que igualmente contienen el fundamento legítimo de una corrupción imparable, desempleo, inflación, y el encarecimiento de productos básicos. Manifestantes egipcios han expresado haberse visto motivados por los acontecimientos en Túnez. Líbano y Argelia son también dos casos evidentes.

Tal como en la literatura de Albert Camus, La Peste (1947), los hechos sólo nos recuerdan que el germen siempre está ahí, latente, aguardando sigiloso el momento. El tiempo justo del levantamiento y ataque se impondrá ante la resignación, miedo y la parálisis que durante años ha pretendido imponer un sistema insensible como el neoliberalismo a ultranza cuya preponderancia, el capital, ha convertido a Estados nacionales enteros, en meras maquilas de un mercado global.

Ya lo dijo David Noel Ramírez Padilla, rector del Tecnológico de Monterrey, que el Instituto tiene una “hipoteca social” con el país. El reto es ahora lograr profesionistas con sentido de responsabilidad, pero sobre todo éticos, porque “ser ético sí es rentable” (La Jornada, 17 de enero 2011). Es entonces la misma hipoteca que tienen todas las universidades en el país, así como los tres órdenes de gobierno. La misma tan postergada desde la Independencia y Revolución Mexicana (en parte burguesa) hasta nuestros días.

La pobre labor de muchos medios de información, ha permitido que una plutocracia borracha de avaricia y sin ninguna real corresponsabilidad social, controle la vida de millones de mexicanos, así como de millones en el orbe. Se equivocan los que creen que el proceso de reformas que hoy requiere el país vendrá de la élite y la clase política segregacionista que hoy tenemos. No vendrá de allí porque a cuenta gotas la espera será interminable. En cambio, lo que priva es un apartheid político.

Las protestas generalizadas en Irlanda, Grecia, Francia, España, Reino Unido, etc., por los quiebres de sus sistemas económicos y el insostenible mantenimiento del Estado de Bienestar europeo, son parte de esta confabulación. Por su parte, las exhortaciones de Hillary Clinton hacia el gobierno egipcio de impulsar las reformas que la colectividad reclama enfurecida, así como los focos rojos de alerta en China a este respecto, no son más que las reacciones a una posible y potencial generalización de condiciones y proporciones alarmantes.

Por eso, y por más que las altas esferas de poder se empecinen en ocultarnos la verdad, la realidad se encuentra en cada paso y en todas partes. El quiebre de un sistema político, económico, social y cultural, en todos caduco o con poca vigencia, parece estar más que presente. De ahí que podamos pensar libremente en que la revolución como el signo de una época, se está ya gestando, y lejos de pulverizarse, cada instante adquiere forma y vida. Aquí en México, las movilizaciones podrían empezar y alzar la voz con la UNAM o la UdeG, los semilleros universitarios más progresistas del país. ¿Será acaso que aprovecharemos la coyuntura explosiva que hoy tenemos?

PD. El hackeo de páginas en Internet como le pasó a Facebook, invitando a hacer de este un “negocio social”; así como las exposiciones desnudas de Wikileaks, son tan solo una porción del rechazo tajante al capital por encima de la condición humana. ¿Aguantar?, ¿hasta cuándo?

Opinión Virtual: www.youtbe.com/joseisabeles

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