Por José Guadalupe Isabeles Martínez
Si sólo los peces muertos nadan con la corriente, ¿estamos muertos los mexicanos? ¿Entonces? La respuesta es que no nos han dejado pensar en muchos años, y se ha perdido así toda capacidad de indignación.
Está más que claro que lo que ocurre en el país ya no gustó a nadie. La violencia ha escalado niveles insospechados. No obstante el hecho nos enfrenta a un problema: saber qué significa “violencia”, ¿cómo le definimos? Y es que para hablar del asunto hay que estar en el mismo canal, de lo contrario se estará discutiendo algo desde ámbitos de entendimiento distintos y por ende inválidos. ¿Hemos de definir el éxito o fracaso de una estrategia por el número de muertos?, o ¿por el número de detenidos?, o ¿por el número de toneladas de droga que han dejado de cruzar a EU? Mientras nos entretenemos en esto, otros, y no precisamente los mexicanos, discuten el destino de la nación.
“¿Quién crees que controla los casinos de Las Vegas?” –Me preguntó. Le contesté que no sabía. –“La mafia, los grandes capos coludidos con las altísimas autoridades estadounidenses”, me contestó un importante profesor de mi universidad. ¿Qué debemos hacer en México? La respuesta vino por añadidura: pactar con los capos, con los delincuentes de cuello blanco, tal como ocurre en Estados Unidos. Así funciona allá, así debería funcionar aquí por el bien de este país, y más que por el ‘bien’, por el impostergable orden que es más que necesario. ¿Orden? Sí, orden. Desordenados como estamos, es más fácil que otras medidas sean implementadas en el país por agentes externos.
Muchos discutimos nimiedades como si el presidente de la República es alcohólico o no, y nada se discute la lona del PT, y más allá, la aplicación del reglamento interno de la Cámara de Diputados. Hasta donde supimos todos, el reglamento no se aplicó más allá de suspender las sesiones. Por qué el análisis de Carmen Aristegui no fue en sentido contrario, es decir, ¿por qué no exhortó al presidente de la Cámara a guardar el orden y de veras sancionar a los ‘legisladores’ como Gerardo Fernández Noroña?
A veces parece que todo cabe en el marco de “la libertad de expresión”, mas como dijo un buen amigo, “en todo hay límites.” El punto aquí es no saber si Aristegui traspasó los límites escritos, porque seguramente los límites informales (léase no escritos y manejados a discrecionalidad por MVS) que dieron origen a su abrupto despido, sí los cruzó.
En lo que a mí respecta, no estoy de acuerdo ni con la lona ni con la salida de Aristegui. Pero, ¿cómo es posible que en el país, el debate deba centrarse en suposiciones de si el Ejecutivo es bebedor, o sea pues, concentrarse en una lona? ¿Por qué los petistas no sacaron una lona exigiendo el impulso de la reforma del Estado, de la laboral, de la reforma política? Habiendo tantas cosas por hacer, estos pseudocongresistas se entretienen en banalidades.
En fin. El asunto aquí es que estos congresistas deberían estar discutiendo el TLCAN y sus beneficios, perjuicios, modificaciones y adecuaciones a las realidades actuales. O por ejemplo, mucho se dije que: “hay que cambiar de estrategia antinarcóticos”, “¡ay!”, “¡no, ya no!”, “¡mire usted!”…, y la quejadera por todos lados, pero nadie dice qué hacer. La cosa está fácil, desmilitarizar al país, por más descabelladlo que suene.
¿Y qué hacer? Como dijera una vez el Dr. Lorenzo Francisco Meyer Cosío, echar a andar una guerra, lucha o como quieran llamarle, contra la pobreza, a favor de la educación contra el desmantelamiento de programas sociales… pero de características agresivas e incluso desproporcionadas comparado con las líneas de acción que hoy se toman como paliativo.
Siendo francos, esto no tiene para cuándo acabar, y pensando en un escenario en que el PRI alcance la máxima magistratura de la nación en 2012, sea con el senador Manlio Fabio Beltrones o con Enrique Peña Nieto, la cosa no parece pintar mejor, y Calderón seguramente entregaría un país atado de pies y manos a Estados Unidos (si ya de por sí nos tienen sometidos por muchos frentes).
Cómo me gustaría ser rector de alguna universidad, legislador o incluso secretario de Estado, para que esto tuviera ecos nacionales. Gritaría a los cuatro vientos que se analicen las implicaciones de tener a los militares en las calles y estar militarizando la administración pública como ocurre en Nuevo León, donde ahora el titular de la Secretaría de Seguridad Pública ¡es un General! ¿Se imagina el trato que le van a dar a los civiles cuando sean detenidos por los mandos instruidos? Si de entrada, como señala una colega, hablar de militares es introducir una fuertísima dosis de derechos humanos, sea a favor o en menoscabo de éstos. El caso es que nadie dice nada.
Hace falta mirar al país desde arriba, en un nivel macro, totalista, mismo que nos permita observar no sólo el bosque que se nos está incendiando, sino ver qué hay detrás y a las afueras del bosque, quiénes están trayendo el fuego mientras unos aquí intentan (supuestamente) apagarlo, quiénes lo están permitiendo e incluso alentando. Para muestra las declaraciones de Hilary Clinton, que a lo único que viene a pararse en México es a decir que el gobierno ‘va muy bien’ y que le echemos ganas. Ya ni la burla perdona, mientras los programas en EU contra el tráfico de armas son muy cuestionados y ni siquiera priorizados por su gobierno, un gobierno de esperanza que en eso quedará, como nos pasó con Fox en México.
¿Qué está tramando Estados Unidos contra México? ¿Ocuparnos como lo hacen en Colombia con nuestros hermanos y donde el cultivo de drogas sigue en pie y pareciera más vivo que nunca? ¿Por qué nadie cuestiona a los fabricantes de armas en EU que seguramente presionan al gobierno a seguir prefabricando guerras y luchas falsas? ¿Por qué no se abre el debate nacional sobre los dichos de las autoridades estadounidenses de que esto en México ya se está saliendo de control y todo se convierte en una narco insurgencia? ¿No es a caso lo que traman para intervenir todavía más en México? ¿Por qué no se cuestiona la Iniciativa Mérida? ¿Por qué mejor no nos dan camiones y dinero que no sea para la milicia? ¿Hacia dónde vamos? Mientras los estadounidenses le ponen más leña al fuego, permitiendo el comercio formal e informal de armas y sin evitar que estas crucen la frontera, nosotros aquí nos preocupamos por el chicharito, por Kalimba, por el Super Bowl o el soccer, como si eso fuera sacar adelante al país, ¡por Dios!
Puede ser que alguien sugiera, que el país se nos fue de las manos desde hace mucho, pero aún con todo lo que hoy vivimos creo que no todo está perdido. En tanto se presenta una implosión en los cerebros de cada uno de los mexicanos, así como una eclosión de movimientos sociales en el país como en los sesentas, el país seguirá sometido, sojuzgado, ultrajado, y manipulado a su antojo.
Porque sí, ¡todos contra México! ¡Duro con él! La iniciativa privada que con su falta de visión siguen esquilmando a la sociedad con salarios risibles y sin fortalecer un mercado interno de consumo para sus propios productos, porque no está por demás recordar que un altísimo porcentaje de lo que producen las empresas aquí, va a parar al extranjero, y los autómatas de los que se sirven quedan en el desamparo total sin garantías de que mañana la empresa vaya mejorar sus condiciones de vida... simplemente ¡no le interesa a la iniciativa privada! Televisa, TV Azteca, el Congreso, el Poder Judicial, gobernadores y alcaldes mediocres, universidades públicas y privadas que no se organizan para exigir al Estado las reformas postergadas, una sociedad de espectadores, ¡sí!, ¡todos contra México!, ¡sí!
No hay pues, resistencia alguna que venga hacer contrapeso a lo que nos pasa. En Egipto y Túnez la gente salió a protestar, y es hora que todavía no acaba de hacerlo hasta que se vaya Mubarak. La gente tiene hambre, trabajo por realizar, madres, padres, hijos, familias que atender. Y aún con ello encima salen a las calles. Aquí no, aquí no hay tal resistencia. Aquí preferimos ser la mejor afición futbolera de México en Monterrey y su zona metropolitana, aquí preferimos tener cuenta de Facebook y de Twitter, aquí preferimos perder el día viendo al chicharíto y el Super Bowl… aquí en estricto sentido: no queremos salir de nuestra zona de confort… “aquí, aquí, aquí…”
Opinión Virtual: www.youtube.com/joseisabeles
Skype: isabeles5
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