José Guadalupe Isabeles Martínez
Se acercan ya las elecciones municipales en 2012, y ante el hecho los operadores políticos locales –si es que los hay-, ya se deben estar preparando para echar a andar la maquinaria político-electoral. Es necesario entonces hacer algunas reflexiones con tiempo, para que a la hora de la hora la estampida de candidatos así como sus propuestas y promesas, no nos tome por sorpresa.
Está más que claro que en Sayula, Jalisco ya no vivimos un ritual sacro, aunque así parece. Desde que el PRI fue defenestrado de la administración pública en los años noventa por el panista Miguel Mario Anguiano Aguilar (1995-1997), el municipio se ha visto favorecido con un proceso alternativo de gobierno. Desde entonces, el PRD, PRI, PVEM, y el PAN, han gobernado la municipalidad, salvo el PRD, todos lo han hecho en una ocasión.
En Sayula, como alguien me lo hizo saber durante el debate público generado tras la elección del actual alcalde en 2009, esto en las redes sociales, “la gente vota por el candidato, no por el partido.” Si pensamos un poco, podemos deducir que Samuel Rivas Peña, al ser elegido en una tríada de comicios, resulta el candidato que más se acerca al “ideal”, no obstante este “primer funcionario” se sitúa muy pero muy lejos de esa categoría, y no es, como uno que otro quiere erróneamente hacer ver, “el mejor alcalde de la historia de Sayula.”
El primer mandatario perredista ha sabido muy bien explotar y capitalizar la obra pública y hacer de este rubro la bandera de sus administraciones. Los segmentos de la población electoral que le han favorecido con el voto, le recuerdan por esto. No obstante no hemos sabido hacer un ejercicio de pensamiento y reflexivo un poco más sofisticado. Es decir, la obra pública “no lo es todo.” Inclusive, la confusión es clara cuando la gente piensa que la tienda Soriana que, al parecer pronto se establecerá en la cabecera municipal, es obra y gestión de este alcalde.
Es así que vemos que en Sayula, han privado los gobierno neoliberales municipales. Por ejemplo, hoy Rivas Peña aprovecha el ‘obsequio’ de Soriana sobre la donación de un terreno para construir una universidad. El hecho, con todo y que no sabemos qué universidad ni cuál universidad, ya no decir de la calidad de la educación que se ofrecerá.
Es este un buen muy ejemplo de la globalización en Sayula, y de cómo los gobierno locales han dejado las responsabilidades sociales y el Estado de Bienestar Municipal (cosa que no existe) en manos del mercado, en este caso en manos de Soriana, de Aurrera, e incluso de los empresarios agrícolas estadounidenses que operan aquí, y más que buenas y nobles intenciones, evidencian el arrojo por una lógica brutal del dinero, y por abrir nuevos mercados y empleos, sí, pero con las más mínimas garantías posibles para quienes ahí laboran.
¿Qué harán los encargados de esta administración del PRD a fin de garantizar, no únicamente un terreno -que les cayó del cielo-, sino a su vez las condiciones laborales y de vida, dignas para el trabajador y los sayulenses en general? Se esgrime así la responsabilidad Social Empresarial (RSE) de estas grandes empresas hacia el entorno donde se desarrollan, pero ello es harina de otro costal.
Lo que quiero dejar claro y sostengo, es que estos gobierno que han pasado casi casi sin pena ni gloria (incluido el actual), constituyen gobiernos neoliberales, y lo reitero, prueba de ello es el desmantelamiento de los programas sociales del que han sido parte, impulsado con la entrada en vigor del TLCAN en 1994 y haciéndolo extensivo en todo el país. En Sayula, ya lo dije en otra ocasión, no hay programas sociales propios más allá de los que llegan (y así tiene que ser) del gobierno federal y estatal.
Y así podemos seguir poniendo botones de muestra como las paupérrimas condiciones laborales de los elementos policiacos (que no dejamos de reprochar la actitud de clara irresponsabilidad ante los desmanes del fin de semana pasado), los giros restringidos, pero restringidos por este Ayuntamiento anacrónico y ‘yunquista.’
Ya exigimos desde los medios de comunicación locales y la sociedad, un proceso electoral próximo de alto nivel. Tiene ya que romperse desde los partidos mismos, el estancamiento político prevaleciente. Iniciando desde la elección del candidato oficial por partido, el suceso tendría que pasar por un debate interno pero a la vez público entre aspirantes a la candidatura partidista. Es decir, en todos y cada uno de los partidos políticos.
Por consiguiente, deberán organizarse debates públicos entre los candidatos oficiales a la alcaldía del municipio. ¿Quién lo organizará? Ya veremos. Lo que sí es que el hecho tendrá implicaciones positivas de aceptabilidad social y electoral. Se llega entonces al tiempo y momento en que habremos de enfrentarnos ante nuevas e innovadoras propuestas, o ante las mismas de siempre.
Como ya lo expuse en Un candidato de protesta, es necesaria ya la llegada de un candidato con perfil de izquierda, mismo que no han podido encontrar en el PRD sayulense. Y vaya que lo han demostrado en 3 ocasiones. Es sólo así que podrá abrirse paso a un nuevo gobierno y auténticamente de izquierda que venga a derrumbar las inercias generadas en estos gobiernos neoliberales municipales, que comience a borrar las reglas no escritas. Porque el municipio también es parte de la organización del Estado, pero quienes tenemos por funcionarios parecen no haberlo comprendido.
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