Presidente del Club Sayulense de Los Ángeles California
Tesorero de la Fundación Jalisco USA (2010--)
COMO AYUDAR A UN ENFERMO DE CÁNCER
Hoy sabemos que un elevado porcentaje de cánceres antes incurables pueden ser tratados con éxito. Pero el camino de la recuperación a veces es largo y difícil; no sólo para el enfermo sino también para aquellas personas que le rodean. Frecuentemente, pensamos que ante estas circustancias hay pocas cosas que puedan hacer. Pero es importante que sepas que, aunque ésta es una sitación difícil, todos los miembros de la familia pueden ayudar. Tu puedes participar en la recuperación del enfermo y contribuir a que se sienta mejor. Con ello mejorará tu estado de ánimo y conseguiras un ambiente más confortable.
Primero las reacciones emocionales más frecuentes que suelen aparecer en estos enfermos; fundamentalmente son ansiedad y depresión. Ambas reacciones son normales ante esta nueva y difícil situación, lo que no significa que no podamos hacer nada; quizá no sea posible hacer que desaparezcan por completo, pero sí podemos contribuir a mejorarlas.
Cuando hablamos de ansiedad nos referimos a aquellos sentimientos y sensaciones como el miedo, la preocupación, la angustia, la aprensión, que nos producen un enorme malestar. En el enfermo de cáncer, la ansiedad se presenta como sensación de amenaza contra su vida, miedo al dolor y sufrimiento, temor al rechazo debido a cambios corporales, etc...
La depresión es un sentimiento de tristeza persistente provocado por pensamientos negativos hacia uno mismo y/o hacia el mundo que le rodea. La depresión en pacientes oncológicos se produce por la pérdida de salud y la posibilidad de realizar sus actividades cotidianas y por la disminución en su calidad de vida.
La ansiedad y la depresión provocan cambios en su comportamiento tales como llanto, pérdidad de apetito, alteraciones del sueño, pérdidad de interés por las cosas, dificultades para concentrarse en pequeñas tareas, cambios bruscos en su estado de ánimo, etc... Estas reacciones pueden diferir de un enfermo a otro, dependiendo de su actitud frente a todo este proceso y del apoyo que reciba de su entorno.
La habilidad de escuchar adecuadamente significa transmitir al otro que estamos interesados y atentos a lo que nos está contando, de esta forma la comunicación será más fácil y agradable para ambos. Para lograrlo debemos estar disponibles y atentos únicamente a nuestro interlocutor.
Cuando escuchamos es importante no olvidar que en la comunicación nuestros gestos y posturas son elementos esenciales. No sólo escuchamos con los oídos, también lo hacemos con la mirada, la manos, la inclinación del cuerpo, etc...
Por ello cuando escuches al enfermo debes tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Permanecer a poca distancia del enfermo durante la conversación, esto es, que tu cuerpo se incline ligeramente hacia él.
- Mirar al enfermo a la cara y/o a los ojos mientras nos está hablando.
- Realizar movimientos de cabeza para sentir y acompañar la escucha con gestos de manos, brazos, etc...
- Acompañar con expresiones faciales que reflejen que estamos entendiendo lo que el enfermo nos está contando. Por ejemplo: sonreir si nos cuenta algo alegre, mostrar sorpresa, tristeza, preocupación, etc...
Normalmente consideramos que para escuchar tenemos que permanecer callados, sin embargo, para realizar una escucha adecuada, es necesario utilizar pequeñas expresiones verbales que transmitan al enfermo que estamos interesados en lo que nos está contando; Mientras escuchas es importante que:
- Utilices incentivos verbales como "ya veo", "uhm-uhm", "aham", etc...
- Realices pequeños resúmenes de las cosas que nos ha contado el enfermo, haciendo hincapié en los aspectos más importantes.
- Utilices frases del tipo " si no te he entendido mal...", "entonces...", "según me has comentado...", etc. antes de ofrecer el resumen
* Otros aspectos importantes para realizar una escucha adecuada son:
- No distraernos mientras el enfermo nos está hablando, sólo así podrás estar seguro de no perder parte de la información.
- No interrumpirle nunca cuando esté contándonos sus sentimiento, con frases como "no te preocupes...", "no tiene importancia...", etc...
- No ofrecer soluciones prematuras; cuando el enfermo te está contando algún problema, no le interrumpas para decirle que tu no conoces la solución, no es el momento de hacerlo, debes esperar a oír todo lo que quiera contarte para ofrecer la ayuda adecuada.
- Identificar el momento en el que el paciente desea que hablemos y terminemos con nuestro papel de escucha.
- Utiliza expresiones para indicarle que le estás entendiendo. Para ello puedes emplear frases como: "Entiendo que te sientas así", "Sí te noto...", "Comprendo que...", etc.
- No emitas juicios sobre el estado de ánimo que le hagan sentirse culpable: "Estoy cansado de verte siempre llorando", "Que sea la última vez que que encuentro así", etc.
- No olvides los componentes no verbales, ya que una sonrisa, un gesto puede tener mayor impaco emocional que mil palabras.
Fácil; requiere serenidad y poner en marcha las habilidades de escucha y empatía, y sobre todo no intentar detener el llanto cuando ya ha comenzado.
Paisanos ojalá que esta informacion les sea util aunque espero que no lleguen a necesitarla. Saludos y hasta la proxima paisanos…
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