miércoles, 26 de octubre de 2011

La indiferencia: la peor de las actitudes

De la misma manera, apelemos todavía a una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el del consumo de masas… la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos” (Stéphane Hessel)

LPL José Isabeles

En esta ocasión y ante tan elevada importancia que reviste el libro Indignez-vous! (2010), traducido al español como Indignaos (2011), y en inglés Time for Outrage (2011), quiero dar lugar a la transcripción de parte del capítulo dos de este libro. Esta obra, fundamento del movimiento de los Indignados en España, se ha convertido ya en lectura obligada.

“Es cierto, las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas o el mundo demasiado complejo. ¿Quién manda?, ¿quién decide? No siempre es fácil distinguir entre todas las corrientes que nos gobiernan. Ya no se trata de una pequeña élite cuyas artimañas comprendemos perfectamente. Es un mundo vasto, y nos damos cuenta de que es interdependiente… Pero en este mundo hay cosas insoportables. Para verlo, debemos observar bien, buscar.

Yo les digo a los jóvenes: buscad un poco, encontraréis. La peor actitud es la indiferencia... Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre. Uno de los componentes indispensables: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue.

Ya podemos identificar dos nuevos grandes desafíos: 1) La inmensa distancia que existe entre los muy pobres y los muy ricos, que no para de aumentar. Es una innovación de los siglos XX y XXI. Los que son muy pobres apenas ganan actualmente dos dólares por día. No podemos permitir que esta distancia siga creciendo... 2) los derechos humanos y la situación del planeta. Después de la liberación, tuve la suerte de participar de la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos...

No podría olvidar el papel que desempeñó en su elaboración René Cassin… a quien debemos el término de derechos “universales” y no “internacionales”, como proponían nuestros amigos anglosajones. Porque ésta era la cuestión al salir de la segunda guerra mundial: emanciparse de las amenazas que el totalitarismo ha impuesto a la humanidad… Es una forma de desbaratar el argumento de plena soberanía que un Estado puede hacer valer mientras comete crímenes contra la humanidad en su territorio…

No me resisto a citar… de la Declaración Universal de los Derechos Humanos… el artículo 22: “Toda persona, como miembro de la sociedad tiene derecho a la Seguridad Social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables para su dignidad y para el libre desarrollo de su personalidad.” Y aunque esta declaración tiene un alcance declarativo, y no jurídico, ha desempeñado un papel muy importante desde 1948...

Constato con satisfacción que, a lo largo de las últimas décadas se han multiplicado las organizaciones no gubernamentales, los movimientos sociales como Attac (Asociación para la Fijación de Impuestos en las Transacciones Financieras), FIDH (Federación Internacional de Derechos Humanos), Amnistía…, que son activos y eficientes. Está claro que, para ser eficaz hoy en día, se debe actuar en red, aprovechar los medios modernos de comunicación.

A los jóvenes, les digo: mirad vuestro alrededor, encontraréis los hechos que justifiquen vuestra indignación –el trato a los inmigrantes, a los sin papeles, a los gitanos-. Encontraréis situaciones concretas que os llevarán a emprender una acción ciudadana fuerte. ¡Buscad y encontraréis!”

PD. Por los agravios físicos acometidos y la insolencia mostrada en contra de la Lic. Celina Cárdenas Corona, reprobamos y lamentamos que en el gremio periodístico de Sayula se pretendan solucionar las diferencias vulgarmente a golpes.

Twitter: @joseisabeles
www.youtube.com/joseisabeles

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