miércoles, 27 de julio de 2011

La Cantina de Rivas

Lic. Rodrigo Sánchez Sosa

La Cantina de Rivas… Desde la barra… Una michelada sin chamoy, por favor… de nuevo nos encontramos en la barra de este bar, que dicho sea de paso, siempre nos atiende muy bien. Uno de los problemas que como comunidad hemos cargado por años es, la negación de la dignidad humana; es decir, no todos en este municipio, a lo largo de su historia, hemos sido reconocidos en nuestro principal derecho como hombres, después de la vida, la dignidad. Resulta que durante mucho tiempo, en el contexto de la colonia, los indios y negros que habitaron el Sayula colonial, no fueron sujetos de ningún derecho por el simple hecho que no eran considerados hombres totalmente, seres humanos pues.

Bueno, se tiene que reconocer que la corona española otorgaba a los indígenas del nuevo mundo el título de súbditos en, la Nueva España, y la Nueva Galicia por supuesto también; pero, en los hechos, el burdo racismo europeo siempre les negó tal concesión y solo eran tratados un poco mejor que los esclavos africanos. Y bien, luego vendría el tiempo del México independiente, en el que las castas superiores, heredadas de la colonia, mantuvieron el poder a la salida de los españoles; los indios y negros, a la retaguardia del nuevo orden, sin poder objetar nada. Luego de la Reforma, a finales del siglo XIX y principios del XX, el México comtiano de Porfirio Díaz, seguramente justificándose en la doctrina del buen salvaje, de donde surge el mito de Juárez, utilizó éste histórico sometimiento para hacer del indígena, combustible de su modernidad decimonónica.

Ardía bien la carne indígena, y afromexicana, en el fogón de la patria entonces, tanto que, México era un país bien posicionado económicamente en el orden mundial, con una importante producción agrícola y minera, además de una pujante red ferroviaria que conectaba a todo el territorio. Diríamos, en términos modernos, que era una economía emergente a nivel de Brasil hoy. Los campesinos pobres en Sayula, descendientes de los indígenas naturales de estas tierras y los descendientes de esclavos traídos al ingenio de Usmajac antes de 1810, no eran tratados con mejor modo que el resto de gente explotada. Indígenas, ya para entonces no quedaban, fueron exterminados o terminaron mezclándose a los españoles por la fuerza vía la violación de sus mujeres. Los africanos, tenían poco de haber llegado a la región, antes de la independencia que declaró ilegal la esclavitud, la mayoría se fue del municipio luego de tal abolición, los que quedaron se mezclaron voluntariamente con los indígenas e involuntariamente con los españoles. En el finiquito de la revolución, las cosas no cambiaron mucho para los campesinos pobres descendientes de indígenas y africanos esclavos, fuera de la religión que fue su consuelo y algunas prerrogativas del nuevo gobierno, eran parias sociales, el poder siguió en manos de los patrones (“Nos han dado la tierra” Juan Rulfo), hasta nuestros días: El rico y poderoso en Sayula, ve como normal la segregación, la discriminación, la negación de la dignidad humana de aquellos que considera inferiores y diferentes de él…

Mesa de Pista… Un vodka tonic… para seguir con el tema: allá por los ochentas, ¿quién puede olvidar que se derrumbó el jardín principal, estilo francés, donde los pobres daban vueltas, los domingos, por la parte de afuera y los ricos por la parte interior? El ultimo signo de la exclusión y el racismo local, irónicamente con altares a Hidalgo y Juárez. Hoy los excluidos, son otros, no porque se haya terminado la exclusión de las castas inferiores de la colonia, sino por motivos de moral. Y lo que voy a decir a muchos les va incomodar, pero nadie está exento, dado que es una condición humana, de tener un familiar que por su preferencia sexual sea discriminado aquí en Sayula. Uno puede ver a los muchachos y muchachas de la comunidad gay local, fuera del Bancomer, porque no tiene un lugar donde divertirse sin ser molestados o señalados por su preferencia, los fines de semana.

Asumiendo su papel de excluidos, tal vez, ni siquiera lo noten, pero es el mismo atentado a la dignidad humana que el perpetrado contra la gente que en los ochentas daba vueltas al jardín principal por un sitio asignado según su rol socioeconómico en Sayula, y que tampoco notaba y veía como una tradición normal. La discriminación es la negación de la dignidad humana y de ningún modo tiene un sustento ético ni moral, se fundamente en prejuicios ignorantes de conservadores fanáticos y aquellos cuyo poder depende del sometimiento de las mayorías. Doble o triple problema tiene esta comunidad, en un municipio conservador acostumbrado a la segregación, y a la virulenta postura del primer edil frente a negocios denominados restringidos y su debilidad por la represión. Pero peor aún, su exposición a la violencia, a la homofobia de algún descerebrado que exacerbando esta y dada la condición de vulnerabilidad de estas personas, atente contra cualquiera de ellas con total impunidad en la vía publica a donde están relegados. Seguramente el dilema que muchos en el municipio se plantean ante el espacio y el respeto a estas personas, es el, “qué dirán”; por lo que, una disco o bar gay, no es una esperanza a corto plazo, no porque no sea necesario, sino porque nuestra mentalidad todavía es muy primitiva, como ciudadanos de este feudo… ¡salud!

Marreando (la borrega)… Una negra modelo… mire usted, que la peonada de esta hacienda, seamos lo suficientemente grandecitos para ser saqueados por trasnacionales depredadoras, pero, menores de edad para tener giros restringidos que cierren después de las once de la noche, es un ejemplo muy claro de cómo se manejan los asuntos públicos en el municipio: preservación de privilegios, negocio y prejuicios racistas. ¡Chingao!, parece que viviéramos el Sudáfrica de los ochentas. Por otro lado fíjese que la reforma política mandada por el Senado a la Cámara de Diputados, está siendo apurada hasta por Javier Sicilia, aquí sí el poeta activista anda miando fuera de la hoya; pero, en fin.

Tal vez recuerde un desplegado que los intelectuales de derecha como Jorge G. Castañeda, Aguilar Camín y otros, sacaron en la prensa nacional, para apoyar una iniciativa de Felipe Calderón, que era precisamente a la reforma política. ¿Que, qué tiene que ver una cosa con la otra? Pues es que va junto con pegado, mire usted: la mencionada reforma propone entre otras cosas la reelección inmediata de funcionarios públicos elegidos mediante sufragio; las candidaturas independientes, la revocación de mandato y plebiscito. Para ser atractivo, pero estas dos últimas que ponen al poder en desventaja con el pueblo, tienen candados para ser aplicadas. Mientras las primeras que benefician al poder, se pretende darles vía libre; estas, les dan más garantías, y valga la redundancia, poder, a los poderosos.

¿Quién puede pagar una campaña federal sin pertenecer a un partido político? Azcárraga (Televisa), Slim (Telmex), Salinas Pliego (TV azteca)…si un diputado, gobernador o presidente, se puede reelegir inmediatamente terminando su periodo, la utilización ilegal de dinero público en las campañas sería la norma; pero, también, no solo los diputados electos en el caso de estos, podrán ser inmediatamente reelegidos, también podrán “reelegirse” los plurinominales, como nuestro querido “Pepino” o Felipe. A estos los pone el líder del partido, imagínese el poder que se les da de gratis. Todo esto es con el fin de copiar el sistema gringo. Pero, oh sorpresa, que un analista gringo en el programa de Carmen Aristegui, opinando sobre la actual situación política en Washington que tiene a todo el mundo asustado, por la crisis que económicamente representaría en el orbe, decía que en EU envidiaban el sistema político mexicano, donde la reelección esta restringida, pues allá ése era el problema, la reelección inmediata, la cual impedía acuerdos importantes como el que es necesario, en tiempos de elecciones.

Pero aquí en Sayula, si la reforma es aprobada, qué representaría, lo mismo: los que tienen el poder se volverían más poderoso e impunes, ya que, los lineamientos de la política local van a proteger intereses y caprichos particulares, en detrimento de la mayoría, si se les da la concesión los resultados son previsiblemente desastrosos para el ciudadano común. Es verdad, hace falta una reforma política en el país, pero no a lo tarugo, se debe discutir, negociar, cotejar con la constitución, medir alcances, tomar en cuenta la pluralidad e inclusión o ¿cuantos periodos más de Rivas queremos? Ahora imagínelo con los mismos regidores…

La rampa… Un Herradura reposado en vaso desechable…y vamonooooós, que ya son las once. Hace 15 días, en sábado, a las once de la noche, fui a la rampa, la patrulla, obvio no se apareció nunca, territorio liberado del dios Baco, pero me pareció peligroso el callejón que se forma entre los depósitos de arena de la junta local de caminos y la cerca, al lado de la carretera a San Gabriel, las camionetas pasan por allí sin ningún cuidado, mientras la gente toma y platica en las orillas, esto sin más luz que la de los faros de los carros. ¿Pero cómo normar lo que es anormal? ni modo, a cuidarse muchachos, solos, porque en esta cantina a nadie le interesan; y salud chingao, que al cabo, vida, ahí te quedas.

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