Secretario General
H. Ayuntamiento de Sayula, Jalisco 2010-2012
Sayula, Jalisco.- Indudablemente
entre los muchos rubros que en nuestro País han sido descuidados en
forma total y en grave perjuicio de los sectores sociales más
vulnerables, ha sido el de la seguridad social.
Las tres principales instituciones con las que se pretende cubrir
este derecho constitucional, IMSS, ISSSTE y Secretaría de Salud, carecen
hasta de lo más básico: el medicamento y una atención médica de
calidad.
El padecer una enfermedad es ya por sí mismo un verdadero calvario, no solo para quien la sufre sino también para los familiares, por lo que si a esto le agregamos descortesías y malos tratos de quienes tienen la obligación de tratar y curar esa enfermedad, resulta agraviante dicha situación. Salvo la Secretaría de Salud, se supone que tanto el IMSS como el ISSSTE subsisten de las cuotas obrero-patronales, aportando el gobierno también una parte, pero la mayor carga recae tanto en los trabajadores como en los patrones.
Sin embargo, tanto el IMSS como el ISSSTE dejan mucho que desear en
cuanto a atención médica, desde la atención de su personal hacia los
derechohabientes como la calidad en el servicio. Es incongruente que los
trabajadores y sus beneficiarios reciban un trato como si fueran
pacientes de segunda o de tercera cuando son precisamente los
trabajadores los que con su trabajo pagan ese servicio. El problema es
que los altos funcionarios como diputados, senadores, magistrados,
ministros, secretarios de estado, entre otros, aparte de percibir muy
buenos salarios, también cuentan entre sus muy variadas prestaciones
laborales con seguros de gastos médicos mayores.
Dicho en otras palabras, ellos no tienen necesidad de pisar una
clínica del IMSS, del ISSSTE o de la Secretaría de Salud, porque aunque
pueden pagar con su propio salario los servicios de una clínica
particular de prestigio, incluso muchas veces se dan el lujo de ir al
extranjero, resulta que su seguro de gastos médicos mayores les cubre
ese servicio particular sin que tengan que desembolsar un peso de su
salario.
Por esa razón, quienes tienen la posibilidad de mejorar nuestro
sistema de seguridad social, léase diputados, senadores, magistrados,
ministros, el ejecutivo federal, simplemente no lo hacen porque son
insensibles a esta problemática al no padecerla ellos de manera directa.
Lo justo sería que todos los funcionarios públicos del gobierno
federal, incluyendo a los de más alto nivel, acudieran al ISSSTE a
recibir atención médica y no otorgarles privilegios de pagarles clínicas
particulares. En el caso de Jalisco donde la Dirección de Pensiones
tiene un convenio con el IMSS para dar atención médica a sus afiliados
(que son empleados del Estado y de algunos municipios), también los
altos funcionarios (léase diputados, magistrados, consejeros,
secretarios de estado, entre otros) deberían atenderse en las clínicas
del IMSS.
Sería justo que esos altos funcionarios padecieran las mismas penurias que la mayoría de los demás empleados de nivel medio y bajo cuando acuden a una clínica del ISSSTE ó del IMSS, haciendo colas y esperando horas su turno. Creo que solo así se sensibilizarían para hacer que las cosas cambien en este sistema de seguridad social.
Sería justo que esos altos funcionarios padecieran las mismas penurias que la mayoría de los demás empleados de nivel medio y bajo cuando acuden a una clínica del ISSSTE ó del IMSS, haciendo colas y esperando horas su turno. Creo que solo así se sensibilizarían para hacer que las cosas cambien en este sistema de seguridad social.
En el caso del IMSS resulta incongruente que mientras por un lado
mantiene un terrorismo fiscal contra los patrones que por una u otra
razón omiten sus pagos de las cuotas, por otro lado, esa exigencia de
cobro contraste con el servicio que presta el IMSS. Las grandes
cantidades que muchas veces aplican por concepto de multas a los
patrones no se ven reflejadas en un mejor servicio para los
derechohabientes. Y tanto en el IMSS como en el ISSSTE es ya común el
desabasto de medicamentos que deberían proporcionar a sus
derechohabientes, quienes se ven desprotegidos y desamparados por la
falta de medicina.
Sobre la Secretaría de Salud, si bien se manejan cuentas alegres
del Seguro Popular de que son millones los que ya están afiliados, no
debemos pasar por alto que este servicio se presta con la misma
infraestructura obsoleta e insuficiente de los hospitales y centros de
salud de dicha Secretaría, además de que aquí se tienen de entrada
muchas restricciones en cuanto al tipo de enfermedades y medicamentos
que comprende su llamado cuadro básico. Por lo que desde sus inicios ha
dejado mucho que desear.
En conclusión, estamos muy lejos de hacer realidad nuestra garantía
constitucional consagrada en el artículo 4º que en lo conducente
establece: "Artículo 4.-… Toda persona tiene derecho a la protección de
la salud…". Lamentablemente, este derecho al igual que muchos otros,
sigue siendo letra muerta para millones de mexicanos, quienes ante la
falta de recursos económicos, tenemos que conformarnos con el pésimo
servicio que nos ofrecen las instituciones que dentro de nuestro sistema
de seguridad social, son las responsables de proteger nuestra salud.
Ojala que las cosas pudieran cambiar para bien.
Comentarios y
sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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