Se dice que por mandato de naturaleza, los jóvenes deben ser rebeldes; o dicho de otra forma, son rebeldes porque está en su propia naturaleza serlo, y ciertamente se puede llegar a creer en el axioma de que todas las personas en su juventud, pasan por una etapa de radicalismo e intransigencia, de irrespetuosos, bravucones, etcétera. Sin embargo, esto se encuentra sujeto a otros factores que no siempre se toman en cuenta.
Ronald Inglehart, presentó una tesis sobre el cambio de valores personales, de lo que dedujo dos vertientes. Aquellos considerados como: a) materialistas; y aquellos que pueden clasificarse como b) post materialistas. Esto es conocido como la tesis del cambio de valor (Value Change Thesis), que explica que en las distintas etapas de la vida, tendemos a comportarnos de manera distinta en función del cambio de nuestros valores (Peter Mair. 1990. The West European Party System. New York: Oxford University Press. P. 273).
Para explicar su propósito, Inglehart recurre al esquema conocido de Abraham Maslow (pirámide de Maslow), que señala que las personas actúan de acuerdo a un número de necesidades diferentes, mismas que son perseguidas en orden jerárquico, y de acuerdo a la urgencia relativa para su supervivencia. En la parte baja de la pirámide, tenemos las necesidades físicas (comer, por ejemplo), de seguridad y económicas. Una vez que la persona cubre tales menesteres, puede pensar en conseguir metas no materiales, como la satisfacción intelectual o la estética personal. (The Nature of Value Change, p. 249).
La hipótesis que brota es que, “la gente tiende a retener un conjunto de prioridades de valor dados, a través de la edad adulta, una vez que se ha establecido en sus años formativos” (p. 250). En otras palabras, cuando el joven ha dejado esta etapa y entra en la madurez adulta, se introduce en el matrimonio, tiene hijos y se va haciendo de un patrimonio, etc.; tiende así a dejar de ser radical, como pudo haberlo sido en el pasado.
Inglehart acentúa que, los post materialistas son aquellas personas que pasaron sus años formativos en una etapa de seguridad física y económica, y que incluso pueden vivir en sociedades que enfatizan la abundancia. De ello se desprende, por ejemplo, que sus causas para la movilización social están dadas por temas como: ecología, desarme nuclear, movimientos feministas, entre otros. Pos su parte, las personas materialistas son aquellas que se movilizan por el crecimiento económico, mejores salarios, seguridad, orden interior del país, etc. Es decir, éstos últimos lo hacen por cosas más aterrizadas, más próximas, más necesarias.
Como conclusión, podemos comprender que un joven puede ser radical, pero quizá no el mismo tipo de radical si se encuentra en la esfera del materialismo o post materialismo. Asimismo, que el joven es radical porque en su juventud no tiene nada que perder; en cambio, una vez adulto, puede tener más de qué preocuparse; mientras que una vez dentro de la tercera edad, la persona tenderá a ser ‘libre’ otra vez, y se comportará de nuevo como un rebelde-radical, porque en la decadencia de su vida, nada tiene ya que perder.
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