jueves, 20 de mayo de 2010

Israel: invasor y embustero


La tranquilidad no es el estado natural del mundo,
la paz y la seguridad no son ley de la naturaleza.”

Henry Kissinger.

Adrián Salbuchi, planteó el año pasado doce acontecimientos a presentarse en el mundo entre los próximos 12 y 36 meses. Los argumentos que expone se le pueden encontrar en Internet (www.asalbuchi.com.ar), sustentados por propias investigaciones.

La destrucción de “estados rebeldes” que no se avengan a directrices supranacionales como ya ocurrió con Iraq y Afganistán; el asesinato de un presidente o primer ministro de un país poderoso; un desastre nuclear de proporciones similares a Chernóbil, son algunos eventos que justificarán el control de instalaciones e instituciones civiles y militares por un gobierno mundial. Pero el acaecimiento que originará una gran guerra, será el ataque de Israel a Irán, en Medio Oriente, cuya información se encuentra por doquier.

¿La razón?: el supuesto programa nuclear que desarrolla Teherán, según el país judío, con fines militares. No obstante, el presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad, ha insistido que el perfeccionamiento del programa en cuanto al enriquecimiento de uranio, es única y exclusivamente para fines civiles, en otras palabras para producir energía.

De acuerdo con Christopher de Bellaigue, mencionamos que Irán es el segundo mayor productor de petróleo, en la OPEP, así como el segundo mayor tenedor de reservas de gas natural, y que gracias a ello es que Teherán actúa con mayor libertad en el escenario internacional (Irán, Foreign Policy, 2005).

Verdaderamente no es tanto el plan nuclear iraní, sino todo el antecedente histórico existente. Basta volver a tras y presenciar la caída y exilio del Shah de Irán (rey), que gobernó de 1941 hasta 1979 cuando sobrevino la Revolución Islámica que trajo al máximo líder espiritual iraní, el Ayatollah Khomeini, del exilio de París para gobernar Irán. Estados Unidos como es de esperarse, apoyó al Shah durante su dictadura.

Israel, dada su condición de “pueblo elegido”, puesto que Moisés les liberó de Egipto, según el Antiguo Testamento, tomará seguramente la decisión unilateral y arbitraria de invadir, y para ello se debe tener en mente que Israel ya bombardeó el reactor nuclear Osirak en Iraq (1981), y que nadie sancionó.

Irán contraatacaría ferozmente, lo que desencadenaría una nueva carnicería de guerra. Probablemente China, Siria y Rusia le apoyarían, entre otros. Mientras EU se vería compelido por un abanico de razones multifactorial, a entrar en la guerra y secundar a su protegido Israel. En México, el gobierno debe apreciar esta situación, y analizar su repercusión al país, así como su postura al surgimiento del conflicto bélico.

Si Israel ocupa el primer lugar del mundo en recibir ayuda económico-militar estadounidense, es gracias a su “cabildeo” (¿conspiraciones?) en el Congreso norteamericano, pero principalmente gracias a los evangélicos estadounidenses inmiscuidos en las altas esferas gubernamentales. Entonces, si EU “bendice” al pueblo israelí, “el dios de Abraham bendecirá Estados Unidos,” se cree. Ya lo dijo George Orwell (1984): “Quien controla el pasado controla el presente; quien controla el presente, controla el futuro.”

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