lunes, 18 de octubre de 2010

Regenerando los medios de comunicación

Por José Guadalupe Isabeles Martínez

En el país entero, ya nadie parece ser ajeno a la espantosa realidad que nos lacera. Y aunque los medios de comunicación se esfuerzan por presentar noticias de primera mano, una cosa muy cierta es que priorizan el sensacionalismo y la construcción de falsas percepciones.

Un ejemplo clarísimo es la revista Proceso, que puede ser la otra cara de la moneda del periodismo en México, pero nadie puede negar razonadamente que, su línea editorial es altamente tendenciosa, imparcial, y escandalosa, por decir lo menos. Los medios de comunicación en el país, deben urgentemente redefinir su visión y misión, ante una sociedad que ya le da “asquito”, como dijera el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez; encender el televisor y ver una agenda informativa plagada de muertes, balaceras, y notas rojas, como si de eso estuviera hecho nuestro país.

La revista Proceso, como ya lo dije en alguna ocasión, es “portavoz del narco”, toda vez que sus portadas suelen estar consagradas a grandes capos de la droga. Su círculo fronterizo se limita mayormente a estos aspectos tan perniciosos. Es cierto que debemos enterarnos de ello, pero la manera en que se prioriza no es la adecuada.

Es así como los medios de comunicación igualmente contribuyen al deterioro de la sociedad. Poco se hace por introducir en su agenda cotidiana, programas que nutran la formación y el desarrollo de los individuos. Los foros de discusión o los debates, si tienen suerte les pasan alrededor de la media noche; los verdaderos programas de investigación los suelen transmitir en esos horarios. Casi todos se los pierden.

Las televisoras en Monterrey, explotan excesivamente un suceso que sin demeritar, no debería tener la difusión que se le da. Por ejemplo, el caso de Lucila Quintanilla Ocañas, la estudiante universitaria muerta – hace unos días- entre las balas de los sicarios, en la Plaza Morelos en pleno centro de Monterrey

Después del hecho, se empezó a formar una especie de cadena de veladoras que se suponía llegarían a la Catedral de la ciudad. Muy loable. Donde no se puede coincidir es en que Multimedios se la haya pasando informando de este suceso. Con todo respeto, ¿en qué ayuda esto a la comunidad? Lo estuve pensando, y caigo en la cuenta de que a quien beneficia, y mucho, es a la iglesia católica.

En estos días tuvimos la Feria Internacional del Libro de Monterrey, organizada en Cintermex. Créanme, los espacios que le dedicaron en los medios de comunicación fueron, a mi parecer, bastante escasos, a menos que se tratase de hablar de algo negativo, tal como lo hizo Milenio en su edición del domingo 10 de octubre (arrancando la Feria); o bien, siempre que se trate de publicidad pagada o de hacerlo por puro compromiso.

Dirán los medios que no hay “incentivos” para hacerlo, el caso es que no se está contribuyendo en mucho, sino todo lo contrario, a la edificación de una sociedad regenerada.

No sé qué sea primero para algunos medios de comunicación, si 1) informar o 2) ingresar dinero. Quizá la segunda sea prioridad, o ambas a la vez. Lo que ya no se puede tolerar más, es que se siga optando por dedicar portadas enteras a la nota roja, como lo hace, insisto, Milenio Diario en Monterrey, entre muchos otros.

No está por demás decir que, los medios de ufanan de un ‘alto’ profesionalismo, pero la verdad es que a pesar de todo, continúan dejando mucho qué desear. Su rol en esta sociedad regia, en especial, debe turnarse reflexivo e incluyente. Una sinergia con todos los medios metropolitanos, en aras de formar un frente común para rescatar, no sólo a la capital si no a toda la entidad neoleonesa, debe ser hoy propósito superlativo.

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