viernes, 29 de octubre de 2010

Drogas, ¿legalización o no legalización?

Por José Guadalupe Isabeles Martínez


El manejo mediático exacerbado que se realiza actualmente de los sucesos, ha orillado a sectores del país a repensar la legalización de las drogas como la solución al deterioro social y la violencia. Sin embargo, la medida constituye una salida fácil y por demás falsa.

El jueves 28 de octubre 2010, la Sociedad de Alumnos de Ciencia Política (SALPL), del ITESM Campus Monterrey, organizó el Tercer Diálogo Interdisciplinario de Ética, Política, y Ciudadanía, que reunió mesas de discusión y debate sobre la participación política de la Iglesia católica como actor político; salud alimentaria y comida chatarra; y uno de los debates más acalorados: legalización de las drogas en México.

El evento tuvo lugar en el Auditorio de Periodismo ubicado en el Centro de Biotecnología FEMSA, del campus Monterrey. Desde las diez de la mañana hasta las 16:30 horas, unas quinientas personas entre alumnos, profesores y visitantes externos, se dieron cita en las discusiones, en el marco desde luego, de Octubre Cultural del Tecnológico de Monterrey.

El último debate se inició a las 15:00 horas, titulado: “Drogas, ¿legalización o no legalización? ¿Tú qué opinas?” El equipo en contra, que coordinaba José Guadalupe Isabeles Martínez, de octavo semestre de la Licenciatura en Ciencia Política (LPL), fue conformado por Andrea Stephanie Martínez Acosta, que estudia tercer semestre de la Licenciatura en Contaduría Pública y Finanzas (LCPF); por Blanca A. Ibarra, de tercer semestre de Mercadotecnia (LEM); y por Jesús Adrián Tamez Duque, de primer semestre de Ingeniería Físico Industrial (IFI).

Con el auditorio a reventar, los equipos arracaron las discusiones. El equipo a favor, se enfocaba en la esfera económica y argumentaba que el gobierno mexicano podría recibir cuantiosas sumas de dinero de legalizar el cultivo, distribución y consumo. Cada una de sus señalizaciones partía del hecho de que, en México, los muertos suman más de treinta mil con el actual gobierno federal, y que la medida lesionaría severamente los intereses económicos del narcotráfico.

El equipo contrario, exponía que hoy, seguramente no estaríamos discutiendo el tema de no ser por el clima de inseguridad exagerado por los medios de comunicación, así como por el sensacionalismo que se ha creado en el país. Porque, señalaban, lo que hoy se vive no se vivía antes, pero el país entero es más que “notas rojas, muertes y balaceras.”
“Tenemos qué pasar de una racionalidad técnico-económica, a una racionalidad ético-humanística” que permita al país resolver la problemática desde un punto de vista racional, pero no fundamentado en que la “mano invisible de la legalización” venga a solucionar la violencia, sentenció el equipo en contra.

Se discutió el caso de California, que con el referéndum el 2 de noviembre decidirán sobre la posible legalización de la marihuana, que deriva de que el estado californiano está quebrado y busca por todos los medios hacerse de más recursos económicos. Pero que no necesariamente presenta una situación violenta como en México.

Uno de los puntos que más causó revuelo, es que, si el gobierno no controla el mercado negro que surge de productos apócrifos como discos compactos, vino, etc., ¿cómo controlará el mercado negro de la droga? Recalcaron que la medida incrementaría el índice de secuestros, cobros de piso, cuotas, y demás, dado que los criminales buscarán recuperar sus ingresos.

Aunque el debate se tornó intenso, el consenso fue que para un problema multicausal, es imposible aplicar una exclusiva solución con la legalización, sino que en todo caso y muy en el futuro, esto podría pensarse como parte de una medida estrictamente integral. Lo cierto es que hoy, las prioridades deberían ser otras, y este asunto debe (ría) tratarse con la cabeza fría, y menos con fundamentalismos.


Los debatientes del evento

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