jueves, 30 de diciembre de 2010

El de Rivas, un gobierno improvisado

Por José Guadalupe Isabeles Martínez

El puesto de alcalde en Sayula dura tres años, la vergüenza toda la vida

2010 ya se fue, 2011 se abre paso entre lo nada fastuoso de nuestro entorno, principalmente en Sayula, donde pese a tener un alcalde del PRD, nada demuestra tener de progresista ni justiciero, menos de revolucionario, y más parece gobernar con su séquito de persignados y anacrónicos regidores, mismos que no han demostrado –y no sé si lo harán– el protagonismo y desempeño que implícitamente exigen sus votantes.

Tengo en mis manos un ejemplar del Plan Municipal de Desarrollo 2010-2030 del Honorable Ayuntamiento de Sayula, Jalisco. Sin tanta pregunta, un plan debe presentar las directrices y lineamientos a seguir por las autoridades municipales, para alcanzar las metas propuestas en áreas como educación, salud, infraestructura, y otros rubros medulares para el desarrollo municipal. Lo malo es que el citado “plan” parece todo menos eso.

Lo que debería ser un plan integral de desarrollo sustentable, que no comprometa el crecimiento y desenvolvimiento de las nuevas generaciones que aún están por nacer, se presenta como un trabajo de 179 páginas casi absolutamente descriptivo. Es decir, menciona de manera muy pero muy pobre lo que se pretende hacer y cuál será el Sayula que encontraremos en el año 2030.

“Posicionar a Sayula en el lugar privilegiado que históricamente le perteneció […]”, versa la supuesta visión del Plan. Asimismo, dice el alcalde y veterinario Samuel Rivas Peña en su mensaje político, que “no caben ya las improvisaciones ni la falta de profesionalismo. Para ello es imprescindible planear.” Contrario a lo que se dice, esto, además de reflejar una kakistocracia, reverbera un periplo sin rumbo.

Sabemos de los obstáculos que se presentan a la hora de intentar sacar adelante proyectos, y que no es fácil hacerlo, pero menos lo es cuando la toma de decisiones y el desarrollo de un municipio se encarnan en una única persona, en este caso Rivas Peña, quien es el mandamás de todo el aparato administrativo y quien piensa a sus gobernados unos menores de edad.

Mucho de lo que se expone en el Plan, es el aspecto histórico del municipio y las condiciones actuales, de lo que se desprende un diagnóstico y las supuestas “líneas de acción” a seguir. Pero esto no ocurre para todos los temas tratados y mucho lo terminan dejando en el limbo.

Por ejemplo, se puntualiza que en materia de deportes se atenderá varias estrategias, una de ellas la de “abrir canales de comunicación” entre el deportista y los tres órdenes de gobierno, pero nada se dice sobre el “cómo.” Se habla de destinar más recursos para infraestructura, pero no se dice cuánto ni qué infraestructura.

Otro de los puntos que para nada se discuten es la generación de nuevas fuentes de trabajo. Se esboza el mercado de trabajo actual así como algunas líneas de acción para el desarrollo económico de la municipalidad, pero ambas esferas son tan laxas que sería casi imposible que de ello surjan reales opciones de política pública.

En educación, apenas se destinan casi 4 cuartillas para exponer las condiciones actuales, la problemática y los objetivos estratégicos para mejorar este pilar, tristemente lo dicho es algo tan trillado que deja mucho que desear, pues no se habla de diseño de programas, de fechas, ni de acciones concretas y palpables. Lo que dejan ver las estrategias y líneas de acción no es más que superficialidad pura.

Aunque el Plan Municipal presentado es por mucho muy deficiente, de cara a la permanente realidad de estancamiento –en todos sentidos– de nuestra ciudad, misma que alguna vez se erigió como el sitio más importante del sur de Jalisco, no es permisible decir que el esfuerzo institucional haya sido un desperdicio.

Lamentablemente podemos casi vaticinar que el próximo alcalde que llegue al municipio tratará de dejar su legado a través de su propio Plan Municipal de Desarrollo –como ha pasado–, lo que continuará abonando a gobiernos improvisados como lo es el actual perredista.

De esta manera, iniciando el nuevo año hacemos votos para que el alcalde y los regidores abran los ojos por fin, para dejar un legado sin precedentes de lo que mañana puede llegar a ser Sayula, retomando el rol de liderazgo que alguna vez, hace alrededor de 186 años, ejerció por toda la región. Sin embargo, siendo sincero no creo que ocurra.
Opinión Virtual: www.youtube.com/joseisabeles

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