miércoles, 6 de enero de 2010

Rivas Peña: la travesía ha comenzado


Eran casi las nueve de la mañana del 31 de diciembre 2009, la asistencia al lugar había iniciado a concurrir, personajes públicos por ahí, políticos por allá, también se apreciaban ciudadanos sayulenses con el interés particular de observar el evento: la toma de protesta de las nuevas autoridades del Honorable Ayuntamiento de Sayula, Jalisco 2010-2012. El Médico Veterinario Zootecnista Samuel Rivas Peña, protestó por tercera ocasión, como Presidente Municipal electo.
Varios fueron los argumentos del ahora alcalde, quien se comprometió en campaña a muchas cosas, en pocas palabras a una mejor administración pública. Uno de ellos fue que, Rivas gobernará Sayula “tomando en cuenta a la sociedad sayulense”, dando a entender que la voluntad de la ciudadanía es la que contará (¿de verdad?). También puntualizó que se dirigirá respetando las leyes y los reglamentos de la municipalidad, que se desempeñará (n) de tiempo completo, entre otras cosas.
La lectura del discurso rivista, es que fue pobre, poco significativo, y más bien hueco, lo que se traduce en retórica. De alguna manera sí resulta “esperanzador”, pero también refleja la “ilusión” de una administración más en esta sociedad que clama justicia y rectitud a sus funcionarios. El discurso fue corto, y no reflejó el ímpetu de una tercera administración por el mismo personaje y partido. En lo personal, la desilusión saltó a la vista, pues más parecía Rivas cumplir con el “compromiso” de la ocasión. De la intervención del ex alcalde Andrés Sánchez Sánchez, lo interesante es destacar que “se disculpó” con todos los sayulenses “por lo que no pudo hacer”.
Samuel Rivas Peña siente confianza en sí mismo, pues será la tercera vez en el cargo; efectivamente, pero hay que apuntar que el letargo de los sayulenses no es el mismo que en sus dos administraciones pasadas. Como ya lo aseveramos en este mismo espacio, Rivas llega con una amplia ilegitimidad, pues casi 80% de los sayulenses del listado nominal, es decir de los que podían votar en julio pasado, no consideraron a Rivas como mejor opción, y ello es una enorme desventaja. Cierto que cuenta con amplia experiencia, y a mucha gente le agrada lo “saludador” que es, mas no es suficiente. Otra desventaja, como se ha mencionado, es que las participaciones económicas para ser ejercidas el próximo año no pintan nada halagüeñas, y con tal escasez tendrá que trabajarse.
Un Rivas cansado tomó el micrófono, se le veía agotado, preocupado por la gran travesía que enfrentará, su rostro así lo denotaba, sus manos temblaban, pocos aplausos lograron apreciarse. Hoy, él puede estar seguro de algo: tener una nueva oportunidad para brindar el mejor de los esfuerzos; pero también, Sayula le asegura otra cosa: estar más politizada, más despierta, menos complaciente, decidida a actuar y vigilar el cumplimiento de cada una de sus obligaciones. Porque Sayula ya no se conforma con simples obras, sino que exige los máximos, no los mínimos; porque le será aplaudido cada logro (relevante), y reprendido y condenado cada despropósito.

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