En
México nos preguntamos si la salida de prisión de Elba Esther Gordillo, es un
símbolo de corrupción e impunidad.
José
Isabeles
Mientras en Honduras se consuma el fraude electoral
contra la izquierda, donde Washington ha avalado los resultados que reeligen al
actual presidente de derecha, muy en contra incluso de su propia Constitución
Política; una muy feliz navidad pasó la familia Fujimori en Perú, especialmente el ex presidente de
aquél país latinoamericano, Alberto Fujimori, al conocerse la noticia de su
excarcelamiento, y es que el actual mandatario Pedro Pablo Kuczynski, otorgó
este 24 de diciembre un perdón humanitario respaldado por facultades
constitucionales.
En Perú, Alberto Fujimori fue dignatario desde
el año de 1990 y hasta el año 2000, en que fue exiliado en Japón. De
ascendencia japonesa, Fujimori nació en Lima, capital peruana en el año de 1938;
estudió ingeniería en agronomía y posgrado en matemáticas, dedicándose a la
docencia universitaria antes de saltar a la arena pública en medio de una
crisis de la partidocracia.
En aquél entonces, el
“chino” como también es conocido por sus rasgos orientales, pasó de ser el
presidente que “salvó a Perú del terrorismo
y colapso económico a protagonizar
un indulto que divide al país”, reseña la BBC de Londres.
Esto se debe a que el actual
presidente peruano (y ex banquero), Pedro Pablo Kuczynski, fue descubierto al
haber mentido a los peruanos sobre el caso Odebrecht,
ya que recibió “indebidamente” 782 mil dólares a través de una compañía de su
propiedad. De acuerdo a The New York Times, el mandatario admite “haber
recibido el dinero, pero dice que no hizo nada malo”. Estas acusaciones de
corrupción ocasionaron que el Congreso de Perú se preparara a fin de procesarlo
y destituirlo de su cargo, lo que sin duda hubiese ocurrido en estos días. Al
final no fue así.
En México nos preguntamos si
la salida de Elba Esther Gordillo, ex líder magisterial del sindicato más
grande de México (el SNTE), para residir en un nada modesto apartamento en
Polanco, tuvo que ver con la firma y anuncio de la alianza del partido político
de los maestros (Nueva Alianza) con el PRI, o sea, con componendas deshonestas
que incluyen un sello de impunidad. Puede ser, aunque indubitablemente el caso
es más escandaloso en Perú, porque es más obvio el arreglo político, y vergonzoso
claro, para los opositores del fujimorismo.
Keiko
Fujimori, ex candidata presidencial derrotada por Kuczynski en
las pasadas elecciones, dijo en Twitter el 25 de diciembre: “Hoy es un gran día
para mi familia y para el fujimorismo. Finalmente mi padre está libre. Esta
será una navidad de esperanza y alegría!!!” (sic). Su hermano Kenji Fujimori tuiteaba mientras acompañaba a su
padre en el hospital. El ex mandatario a sus 79 años, podrá vivir alejado de la
cárcel, una cárcel a la que ya no volverá.
Twitter: @joseisabeles
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