sábado, 21 de octubre de 2017

Ecuador: Destruyendo la década ganada

José Isabeles

Desde que el expresidente de Ecuador, economista Rafael Correa Delgado viajó a Bruselas para reunirse con su familia, especialmente a vivir y devolverle un poco de paz a su esposa, como él lo ha dicho, después de gobernar 10 años Ecuador y habiéndole ganado todas las elecciones democráticas a la oposición; y una vez que se instaló el nuevo presidente Lenin Moreno, a despachar en el Palacio de Carondelet, el 24 de mayo pasado, comenzaría la gran maquinación para destruir la Revolución Ciudadana que encabezó Correa.

Mucha tinta está corriendo sobre el tema ecuatoriano y la gran tragedia que vive el líder político más importante de la historia contemporánea de ese país, el mejor presidente de la historia, refieren sus seguidores. Con él, Ecuador experimentó el inicio de una transformación, lo demuestran aquellos organismos internacionales que incluso llegaron a desdeñar a Correa, pero sobre todo, la realidad. Sin embargo hoy se vive un vuelco al pasado, la última estocada es el encarcelamiento a principios de octubre del Vicepresidente del país Jorge Glas, cercanísimo colaborador de Correa durante la década ganada. Se le acusa de recibir sobornos de la transnacional brasileña Odebrecht.

¿Pero cuál es el pleito entre Correa y Moreno emanados del mismo partido político (Alianza País)? Parece un misterio. Pero hemos de observar que una de las estrategias de Lenin Moreno para diferenciarse de su antecesor, es la bandera anticorrupción, lo que Rafael Correa atendió agresivamente, para ejemplo podemos mirar el escándalo de corrupción que enfrentó él mismo en Petroecuador, viéndose decepcionado de algunos de sus más cercanos ministros perseguidos desde entonces por la justicia. Lenin se ha distanciado al grado de llegar a señalar que ahora a cualquier “pendejada” quieren llamar “revolución”, en alusión a Correa (Moreno dixit).

Deje usted de la pelea entre el máximo líder en Bruselas y el empequeñecido presidente Moreno, que intenta gobernar desde el palacio en Quito. La amenaza a todo este proceso de transformación es evidente, ahora están regresando los pillos del extranjero que no pudieron obtener salvoconducto alguno con Correa, como es el caso del excelentísimo Abdalá Bucaram, expresidente de Ecuador acusado de peculado y exiliado en Panamá. Ahora ya está de nuevo en el país natal y su relación con Lenin Moreno va de maravilla. Se empiezan a repartir al país.

No solo en México es tiempo de canallas, dijera Andrés Manuel López Obrador, en otros lados de la América Latina las realidades canallescas despuntan. El viejo país (y a la vieja usanza), acecha el momento idóneo. La judicialización de la política en Ecuador, como en Argentina o Brasil es terminante. La presión de la oligarquía es muy pero muy pesada sobre los fiscales. Ahora el actual gobierno ecuatoriano organiza ya una consulta popular de 60 millones de dólares (¡!) para evitar que Correa Delgado sea candidato otra vez. Jorge Glas y Rafael Correa estorban para los fines de la élite.


Twitter: @joseisabeles

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