sábado, 1 de julio de 2017

El éxito educativo


LPL José Isabeles

Vale la pena preguntarnos por qué en las evaluaciones internacionales PISA, en estudiantes mexicanos de 15 años de edad, en todas: 2000, 2003, 2006, 2009, 2012 y 2015… obtenemos el último sitio de los países de la OCDE. En estos años, la mejora educativa no resulta significativa, o lo que es lo mismo, casi es nula (recomiendo leer mi artículo en Internet: ¿Educación para una economía exitosa?).

El éxito educativo de cualquier país, se traduce allá afuera: en la economía, en seguridad, la limpieza de las calles, en cultura vial, en nuestras familias, en la sociedad que tenemos… ¡en el país! Si un individuo se educa y adquiere mayores grados de instrucción, tiene la posibilidad de transformar su entorno, y directa o indirectamente lo hace, de una u otra forma. En lo sucesivo, muchos individuos cambiarán a esa sociedad. Sin embargo, el éxito educativo no sólo depende de la profesionalización docente, es decir, de que un educador tenga licenciatura o posgrado y acredite exámenes; esto es, muy apenas un peldaño en todo el proceso de la transformación social.

Si analizamos la variable “familia”, podríamos medir la calidad de la nuestra en función de lo buena o mala que ésta es. En este caso estamos frente al éxito educativo visto a través de nuestra familia, pero, siendo claros, el trabajo, la estabilidad económica, la educación de los padres, entre otros aspectos, también inciden en la calidad familiar. En ese sentido, la educación impacta en todas las esferas de un país: la cultura, la sociedad, la economía y la política, pero a la inversa también se nutre de ellas.

Por su parte, la situación económica de las familias mexicanas, se traduce en mejores condiciones de vida. En un estudiante, su ánimo en la escuela será mejor porque su situación se lo permite. El alumno no tiene que preocuparse de si su papá tuvo trabajo hoy, o si en casa tendrán el dinero para enfrentar los gastos de esta semana. En una lógica simple, el educando tendría que preocuparse tan solo de aprender. Aquí habría más posibilidades de que el aprendizaje, y luego el éxito educativo se reflejen con más naturalidad. Simultáneamente, la economía incide en el éxito educativo y viceversa, sin embargo, alcanzar tal éxito en el mediano y largo plazo, también atañe al gobierno, empresariado y sociedad civil en su conjunto. No hay más.


Twitter: @joseisabeles
Correo: isabelesjose@gmail.com

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