sábado, 10 de junio de 2017

Atrapado en ella

Todos los misterios que entraña el universo son sólo un guiño de dios” (Doménico Cieri)

LPL José Isabeles

Ya no sabía lo que no quería ver, sería quizá su trabajo; la sociedad; la realidad cotidiana; a lo mejor era el mundano, al autómata con que se topaba día tras día en el supermercado, la calle, la tienda de abarrotes, el jardín o el parque. Aún no se daba cuenta que lo que no quería ver era a sí mismo.

Había estado muy ocupado peleando contra la oscuridad, que no se había percatado de que aquella, sigilosa y astuta, lo había absorbido hacía tiempo en su mundo… y por su bien. No lo podía ver, reafirmaba en su estrecha realidad que seguía vivo, vivo y afuera, mas no era así.

Recordaba acongojado la vibración magnética que percibió en uno de esos viajes por el Universo. Era un locuaz pero no estaba hipnotizado, se había acercado a una visión distinta de sí mismo, pero solo eso, acercado. Había derrochado incontables oportunidades, aunque sabía que esa suerte no podía durar para siempre. Su ser estaba desfragmentado, desperdigado, era un caos en sí mismo.

Doctor Quantum le había ilustrado que había cosas que no podíamos ver, no porque no pudiéramos, sino porque el individuo y la sociedad no querían verlo. La privación terrena de la conciencia y de la mente hacían imposible, por ahora, la percepción de otras vastas dimensiones tan inimaginables como extrañas.

Muy apenas se encontraba en esa fase que él llamaba de “autoconocimiento”, ya no estaba más tan desorientado como antes, ahora intentaba convertirse en alguien que naturalmente sería. Pensaba muy en su interior que debía considerarse un crimen pretender ser alguien más pero nunca uno mismo. Y en esas andaba, no supo por dónde pero ya había comenzado...

Comprendió que un árbol podía percibir su amor con tan solo el abrazo, que el idiota no era él como tampoco lo era el árbol respecto a otro. No había árboles idiotas y las flores como las plantas seguían su camino: ser ellas mismas. La humanidad, la humanidad parecía no encontrar el más grande poder en el silencio, seguía creyendo que su camino era ser o seguir pasajes distintos. La humanidad se abandonaba a sí misma para buscar falsamente ser alguien más… Ya meditaba y se concentraba en sí mismo. Sabía que pronto vencería.


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