miércoles, 17 de febrero de 2010

Afganistán, ¿el nuevo Vietnam?

Del otro lado del mundo, unos ojos miran con pasmo y frustración, es la guerra en Afganistán, con una clara estrategia fallida. No únicamente en México se cuecen habas, también con los países más “avanzados”. Estados Unidos (EU), Reino Unido (RU), Alemania, entre otros que componen el ISAF (International Security Assistance Force), o Fuerza de Asistencia y Seguridad Internacional de la OTAN, han demostrado su rotundo fiasco en Afganistán, país asiático que les está cobrando muy cara su invasión.

La guerra inició un mes después de los atentados del 11 de septiembre 2001. Casi 10 años más tarde (¡10 años!), sin titubeos se señala en Afganistán una estrategia frustrada. La organización Iraq Coalition Casualty Count, que contabiliza las víctimas, expone que han muerto 1,637 soldados extranjeros (989 estadounidenses), mientras en Iraq han sido asesinados 4,694 soldados (4,376 estadounidenses). En México las cifras son más elevadas, pero con razones muy diferenciadas.

Gilles Dorronsoro en Fixing a Failed Satrategy in Afghanistan (Arreglando una estrategia fallida en Afganistán), de la organización Carnegie Endowment for International Peace, expresa que el gasto estadounidense corresponde a 173 mil millones de dólares (173 billones) en Afganistán, mientras que para la Coalición (ISAF), se estiman unos 200 billones. Lo escandaloso de esto se encuentra en que, los desplazamientos militares que suman aproximadamente 150 mil efectivos, adhiriendo unos 100 mil afganos que combaten con el ISAF, han sido, no insuficientes, sino mal empleados. Vale recordar que el gasto en Iraq suma 1,631.6 billones de dólares.

Diferenciemos entre Talibán (movimiento insurgente) y Al Qaeda (organización terrorista). El objetivo del primero es político: controlar el territorio y reconstruir el “Emirato Islámico de Afganistán”. Para Al Qaeda, el propósito es terminar con la influencia occidental (estadounidense) en el mundo musulmán (Islam). Éste último tiene como santuario o centro de operaciones Paquistán, coexistiendo con otros movimientos radicales. Entonces, “vencer al Talibán no significa vencer a Al Qaeda”, señala Dorronsoro, pues se ataca al Talibán como si fuesen Al Qaeda.

Paradójicamente, las bajas del Talibán son infinitamente menores, se explica porque la población ve con rechazo la incursión de tropas extranjeras, principalmente la etnia de los Pashtun, que es mayoritaria; porque inicialmente, 50% de la población se concentraba en áreas bajo control del Talibán (ver mapa), fortaleciendo lazos de nacionalismo y religión entre los habitantes e insurgentes. No olvide que Afganistán es el mayor productor mundial de opio.

Así las cosas, ni EU, ni fuerzas de la OTAN, han demostrado gran capacidad, como ocurrió a EU en la Guerra de Vietnam, que por más de 10 años intentó vencer a los comunistas, terminó fracasando. Aunque jamás reconoció su pavorosa derrota, se retiró de la guerra con su orgullo pisoteado y montones de muertos. Hablamos de contextos distintos, pero ello revela en parte por qué Obama anunció el retiro de tropas a partir de agosto 2011, aunque Alemania aún no. Hay muchas razones no exhibidas aquí, no obstante podemos apreciar, su “guerra contra el terrorismo” se enreda cada día más.












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