Dice Carlos Salinas de Gortari que a 63% de los mexicanos “no les importaría que un gobierno no democrático llegara al poder si pudiera resolverles los problemas económicos” (La Década Perdida, 2008). En paralelo, se observa que la democracia es prostituida y utilizada para bloquear vialidades, hacer plantones o tomar pozos petroleros.
Evalúe usted lo poco democrático de los partidos para postular candidatos, digo “poco democrático” puesto que el método de “designación (o dedazo)” y la variante de “elección abierta”, así como la de “elección interna” es considerada por ellos mismos. En el PAN, el artículo 29 de su reglamento para elección de candidatos, señala las dos primeras como métodos de selección. Entonces ¿habría por que juzgar?
Algunos pretenden mostrarse democráticos, como el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Según se escribió la semana antepasada (Cartas a la Redacción, Tzaulan), el PRD sayulense “perdió en las elecciones pasadas por la división que ocasionó Samuel Rivas al imponer a un candidato que la gente no eligió…”. Ese es un claro ejemplo (de ser cierto), de que las prácticas poco democráticas están en todos lados.
El PRD no ha podido aterrizar la línea de trabajo a seguir con todo lo que ello implica, un buen comportamiento primeramente. Es difícil afirmar que desaparecerá, porque sí hay extraordinarios militantes. El hecho de que se tenga denominación de “izquierda”, no quiere decir que los correligionarios deban ceñirse a posturas radicales que destruyen su mismo capital político.
Analice la frase “origen es destino”. El PRD se constituye a partir de la ruptura y la confrontación (1988). Aprecie que se consolida con la aglutinación de miembros del Partido Socialista Unificado de México (PSUM), del Autentico de la Revolución Mexicana (PARM), y tiempo atrás con la entrada de miembros del Partido Comunista de México (PCM), todos disueltos gracias a la intolerancia.
Se fue del PRD Gerardo Fernández Noroña, porque el partido ya no tenía futuro. Pero el cínico es Ricardo Monreal (del PRI, luego del PRD, y ahora del Partido del Trabajo), quien se fue a liderar la bancada del PT en el Senado (necesitan al menos 5 senadores para que exista grupo). Hoy pertenece al PT y todavía es miembro perredista. No cabe duda que en arca abierta, “hasta el menos justo vuelve a pecar”.
Andrés López Obrador, dice ser consecuente, actuar conforme al “derecho y la razón”, como decía Juárez. Es todo lo contrario. Cuando bloqueó pozos petroleros en Tabasco le giraron orden de aprehensión, curiosamente era presidente Zedillo; después dijo que él y su partido serian “soldados de la República para defender las instituciones y al presidente Zedillo”. Cuando fue candidato a la presidencia, “torció la ley” para cumplir el requisito de residencia (vivía en el Distrito Federal pero su credencial de elector era de Tabasco). Hoy hasta aparece en spots de TV-radio del PT “siendo perredista”, ¿usted cree que se vale?
Apelemos a la institucionalidad y al Estado de derecho como medios para fortalecer la República. El PRD no desaparecerá de un plumazo, pero hoy más que nunca debe consolidar su propósito de lucha y justicia social, explotando el capital político que representan las clases medias-bajas del país, sin duda nada despreciables. Pero guardando la cordura y virtud en toda expresión manifiesta.
1 comentario:
jajajajajaja ya ni la friegas wey, te ves primero como todo un politico, luego como pinche malandrin y para acabar dices que tu tipo de musica son los narcocorridos!!! que ejemplo de padre tiene ese pobre niño!!!
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