“Todos los misterios que
entraña el universo son sólo un guiño de dios” (Doménico Cieri)
LPL
José Isabeles
Ya no sabía lo que no quería
ver, sería quizá su trabajo; la sociedad; la realidad cotidiana; a lo mejor era
el mundano, al autómata con que se topaba día tras día en el supermercado, la
calle, la tienda de abarrotes, el jardín o el parque. Aún no se daba cuenta que
lo que no quería ver era a sí mismo.
Había estado muy ocupado
peleando contra la oscuridad, que no se había percatado de que aquella,
sigilosa y astuta, lo había absorbido hacía tiempo en su mundo… y por su bien. No
lo podía ver, reafirmaba en su estrecha realidad que seguía vivo, vivo y
afuera, mas no era así.
Recordaba acongojado la
vibración magnética que percibió en uno de esos viajes por el Universo. Era un
locuaz pero no estaba hipnotizado, se había acercado a una visión distinta de
sí mismo, pero solo eso, acercado. Había derrochado incontables oportunidades,
aunque sabía que esa suerte no podía durar para siempre. Su ser estaba
desfragmentado, desperdigado, era un caos en sí mismo.
Doctor Quantum le había ilustrado
que había cosas que no podíamos ver, no porque no pudiéramos, sino porque el
individuo y la sociedad no querían verlo. La privación terrena de la conciencia
y de la mente hacían imposible, por ahora, la percepción de otras vastas
dimensiones tan inimaginables como extrañas.
Muy apenas se encontraba en
esa fase que él llamaba de “autoconocimiento”, ya no estaba más tan
desorientado como antes, ahora intentaba convertirse en alguien que naturalmente
sería. Pensaba muy en su interior que debía considerarse un crimen pretender
ser alguien más pero nunca uno mismo. Y en esas andaba, no supo por dónde pero ya
había comenzado...
Comprendió que un árbol
podía percibir su amor con tan solo el abrazo, que el idiota no era él como
tampoco lo era el árbol respecto a otro. No había árboles idiotas y las flores
como las plantas seguían su camino: ser ellas mismas. La humanidad, la
humanidad parecía no encontrar el más grande poder en el silencio, seguía
creyendo que su camino era ser o seguir pasajes distintos. La humanidad se
abandonaba a sí misma para buscar falsamente ser alguien más… Ya meditaba y se
concentraba en sí mismo. Sabía que pronto vencería.
Twitter: @joseisabeles
Correo: isabelesjose@gmail.com
Whatsapp: 33 13 15 45 19
No hay comentarios:
Publicar un comentario