Secretario General
H. Ayuntamiento de Sayula, Jalisco
El pasado domingo hubo elecciones locales en diferentes estados de la República. El que más llamó la atención fue por supuesto el Estado de México. No es para menos, se trata de la entidad federativa más importante electoralmente hablando, ya que de acuerdo al padrón del IFE, es la que más votantes tiene. Como consecuencia de lo anterior y por su cercanía con el centro de nuestro País, es un estado cuya titularidad del ejecutivo se convierte en una antesala para convertirse en un candidato natural a la Presidencia de la República.
Pero lo que más atrajo la atención en esta ocasión fue que quien actualmente lo gobierna es el puntero en las encuestas para la Presidencia de la República: Peña Nieto. Por esa razón todos los ojos a nivel nacional estuvieron puestos en las elecciones a Gobernador del Estado de México, considerando que dicha elección sería un ensayo de la Presidencial que se avecina el ya próximo año 2012.
Bajo esta tesitura, el priismo nacional se encuentra festejando los resultados de la jornada electoral del domingo pasado, ya que su partido arrasó y por lo tanto, consideran que así sucederá el próximo año cuando se estén disputando la Presidencia de la República.
Los resultados efectivamente son contundentes: 62% de los votantes lo hicieron a favor del PRI, mientras que el 21% fue para el PRD y el 12% para el PAN, el cual fue el único partido que participó solo, es decir, no formalizó ninguna alianza con ninguna otra fuerza política a diferencia del PRD y PRI que sí participaron aliados con otros institutos políticos.
De las 45 diputaciones en disputa en igual número de distritos, el PRI ganó en todas, carro completo. Por eso el PRI nacional se encuentra de fiesta y vaticinando un triunfo en las presidenciales de 2012, retornando así a Los Pinos de donde fueron expulsados en el año 2000 después de 70 años de gobernar.
Sin embargo, considero que bien valdría la pena precisar algunos puntos que no dejan de ser importantes en torno a los resultados del domingo pasado y sobre las expectativas que se han creado. En primer lugar, fue un proceso electoral en el que alrededor del 66% del electorado se abstuvo de votar, esto es, ni siquiera el 50'% de los empadronados salió a las urnas a emitir su sufragio.
Dígase lo que se diga, ganó el abstencionismo y quien gobernará el Estado de México lo hará únicamente con aproximadamente el 25% de respaldo popular, es decir, con una cuarta parte de los mayores de 18 años enlistados en el padrón. Este abstencionismo es un fracaso porque si quien encabeza las encuestas a la Presidencia de la República no fue capaz de motivar a sus propios gobernados ¿Qué pasará con el resto del País el próximo año?
En segundo lugar, contrario a lo que se dice en cuanto a que la elección del Estado de México es un anticipo de la presidencial de 2012, es inexacto, ya que está demostrado que una elección local es muy diferente a una federal, el comportamiento del electorado es diferente.
Un claro ejemplo de lo antes dicho sería la elección de 2005 en la que el PRI también arrasó con amplios márgenes a su favor, pero ya en la elección presidencial de 2006 quien arrasó en esa entidad federativa fue López Obrador. Es por ello que los resultados del domingo pasado deben tomarse en su justa dimensión, sin magnificarlos, pero claro está, sin tampoco minimizarlos.
Ciertamente el ir ganando elecciones locales como presidencias municipales, diputaciones y gobiernos de los estados ayuda en el posicionamiento de los partidos que logren esos triunfos, pero no por eso puede darse por hecho que el electorado refrendará ese voto al mismo partido en una elección presidencial. Son situaciones diversas. Peña Nieto está como puntero de las encuestas con rumbo a Los Pinos para el año 2012 e indudablemente el triunfo del PRI en el Estado de México no puede interpretarse de diferente manera que como un triunfo de él mismo y que lo consolida como el candidato fuerte a la Presidencia de la República.
Pero, insisto, no puede darse por hecho un triunfo anticipado, falta que tanto el PAN como el PRD se organicen y en la medida en que lo hagan en esa misma medida lograrán repuntar en los sondeos de opinión y en la preferencia electoral. Mucho dependerá de sus procesos internos para elegir a sus respectivos candidatos.
Y otro factor que no puede ni debe soslayarse es al mismo electorado, se le debe apostar a la madurez política para no dejarse llevar por campañas mediáticas. Ojala que como ciudadanos analicemos y razonemos a profundidad los proyectos de nación que en realidad estarán en juego en las próximas elecciones presidenciales y en función de ello nuestro voto sea a favor de un proyecto y no de quien teniendo a su favor los medios masivos logre una simpatía superficial. En fin, así vamos rumbo al año 2012.
Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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