miércoles, 8 de diciembre de 2010

Raúl Padilla López, la mafia, la UdeG y sus títeres

Por José Guadalupe Isabeles Martínez


Cuando se trata de recibir más recursos algunas universidades del país se declaran organismos de interés público, pero cuando se trata de rendir cuentas se declaran instituciones autónomas

El conflicto universitario que ya alcanzó todos los rincones de Jalisco así como ecos a nivel nacional, no refleja otra cosa más que la inmundicia que yace por debajo de las formas y apariencias en lo que es la Universidad de Guadalajara (UdeG), la segunda universidad pública más importante del país después de la UNAM.

Nadie puede negar el liderazgo de la universidad en muchos ámbitos, aún por encima de instituciones privadas y de prestigio, pero tampoco se puede soslayar el botín político en lo que se ha convertido la máxima casa de estudios en la entidad. De ahí se desprende que la UdeG tiene dueño, Raúl Padilla López lleva por nombre, quien ejerce además amplia influencia en el perredismo del estado, y en el PRI a través de su hermano Trinidad.

El conflicto entre el gobierno del estado, encabezado por el panista Emilio González Márquez, es más que con la UdeG, con el ex rector Raúl Padilla López (1989-1995) quien ha realizado reformas importantes a la universidad, colocándole en un papel de liderazgo y reconocimiento internacional indiscutibles, pero que lamentablemente se ha apropiado de ella y hoy, junto con su séquito de incondicionales representan el poder de facto, de hecho, pero no de derecho. Padilla López es quien verdaderamente manda en la UdeG.

Hoy, mucho de lo que podemos escuchar en radio y ver en televisión, a través de una guerra de comerciales que ya emprendió la UdeG contra el sexenio de González Márquez, mayormente es puro teatro. Nos pintan la idea de que todo es por el adeudo de 701 millones de pesos que el gobernador incumbe con la universidad desde 2007 a la fecha, pero el problema trasciende y remite a lo político: el control de una universidad que es clave para las elecciones a gobernador de 2012.

Es interesante ver que el capítulo que se destapó en la UdeG, toda una cloaca, ocurrió tras la llegada del ex rector de la universidad, Carlos Briseño Torres (2007), con el beneplácito del padillismo. Lo malo es que éste no estuvo dispuesto a ser un títere más, y rompió con Padilla López denunciando públicamente el tráfico de órganos humanos para trasplantes, que es manejado por la red de hospitales en Jalisco que controla la UdeG (2008).

En agosto 2008 el Consejo General Universitario destituyó mafiosa y amañadamente a Briseño Torres tras su claro rompimiento con Padilla López. En noviembre 2009 Briseño Torres se suicidó en el marco de lo que claramente era una irreversible derrota por volver a la UdeG.

Como señalara Ricardo Alemán, según la Ley Orgánica de la UdeG, el rector podía ser destituido por “causa grave”, pero nada se dice de lo que es tal cosa. De todos modos los capos Padilla López lograron su cometido (El Universal, 31/julio/2008).

El poder que resulta tener el Grupo Universidad con Raúl Padilla López, pareciera inconmensurable, al mando de 26 instituciones “entre consejos, fideicomisos, patronatos, empresas, hoteles”, sin pasar por alto la Feria Internacional del Libro más grande del país, la de Guadalajara, así como muchos otros negocios de la universidad, apunta Alemán.

El caso es que la universidad necesita más y más dinero, y no es para menos, pero a veces se olvida que reciben más presupuesto anual que incluso el municipio de Guadalajara o Zapopan. En otras palabras, reciben el segundo presupuesto más grande de la entidad luego del gobierno del estado.

El cochinero esta por todas partes, y lo que la UdeG tiene que hacer es comenzar por transparentar todos los negocios que también se han convertido en la última joya de la corona. También tienen que dejar de manipular a sus estudiantes y de no necesariamente obligarlos a acudir a las marchas, pero sí llevarlos como borreguitos a todas partes.

El actual rector Marco Antonio Cortés Guajardo, afín y títere de la mafia universitaria debería impulsar las reformas al interior de la universidad que permitan a los alumnos, y no a un consejo, elegir democráticamente sus autoridades. Si en muchas cosas la UdeG ha ido a la vanguardia, ¿por qué no puede democratizar la vida interna estudiantil y la toma de decisiones?

PD. El acarreo que la UdeG hace de sus estudiantes a través de su Resistencia civil pacífica, en mucho se parece al engaño que han vivido pueblos africanos cuando les han mentido para luchar y derrocar gobiernos opresores e injustos, cuando éstos los tienen en la propia casa.

Opinión Virtual: www.youtube.com/joseisabeles

3 comentarios:

carlos dijo...

George Orwell tambien se equivoca - nada dura para siempre.

FUERA PADILLA Y SU MAFIA

carlos dijo...

http://www.facebook.com/group.php?gid=330994631766&ref=mf

Unknown dijo...

Chale...yo soy regresado U de G no imaginaba tanta mafia