Las entidades federativas del país, seguirán obteniendo los recursos económicos que por concepto de impuestos de la tenencia vehicular, recauden. El gobierno federal asumirá el pago de tales impuestos de tenencia, y ese dinero se seguirá destinando (como ya ocurre a través de las tesorerías de los estados) a los gobiernos estatales en México.
La desaparición de este impuesto será gradual, hasta llegar a desaparecer totalmente el 31 de diciembre 2011. Cabe mencionar que el Presidente de la República había prometido en campaña electoral la ejcución de esta medida, y aunque se habían demorado las cosas, parece que por fin ocurrirá Aunque existe el temor en la ciudadanía de que este impuesto se sustituya por otro en cada uno de las entidades, posterior a 2012.
Al liberar de este impuesto a los contribuyentes, el gobierno federal fortalece a su vez a la industria automotriz en México, fuertemente golpeada por la crisis económica de los últimos 3 años. De la misma manera, de pone de manifiesto un gran soporte para las familias mexicanas que no disponen de vehículos nuevos y ahora podrán hacerlo.
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