La
razón de Estado no se ha de oponer al estado de la razón (Carlos
V)
LPL
José Isabeles
El Estado cuenta con
elementos como sociedad, territorio, gobierno, orden jurídico, o instituciones,
a través de ello ejerce autoridad. El Estado está obligado a construir bienes colectivos
para todos, tangibles o intangibles. En esencia existe un arreglo de los
habitantes con esa abstracción llamada Estado. Dicho esto ¿cuáles son las
funciones del Estado en nuestros días? Se hacen muchas acusaciones sobre México
diciendo que somos un Estado fallido, en ese aspecto algunos de sus elementos
también estarían fallando, incluida su sociedad.
El Estado surge en la
antigüedad ante la necesidad de asociación. La “seguridad” fue quizá el primer
elemento para el nacimiento de éste. A su vez sabemos que Estado provee
educación, seguridad, salud, infraestructura y ¿bienestar? Sin embargo la
calidad de sus “servicios” es deficiente. Vemos a un país que ha abandonado al
campo mexicano, con millones de hectáreas que no se cultivan ante la falta de
apoyos gubernamentales. Dicen que conviene más comprar en EUA el maíz y otros
granos que necesitamos, porque simplemente sale “más barato” (igual que la
gasolina). Vaya uso de sentido común, de lógica elemental.
¿Qué se está haciendo para
avanzar rápidamente? Vuelvo a insistir, tenemos el derecho natural de
beneficiarnos de las riquezas de nuestra nación, y no veo que vivamos un clima
de bienestar, siendo México, por ejemplo, el primer productor de plata del
mundo (¡!). Pensemos en el empleado de McDonald’s que en EUA gana 9 dólares la
hora (360 a la semana), mientras que el profesionista mexicano recién egresado
obtendría unos 360 dólares mensuales ($6,480).
Observamos que el Estado,
sometido por los gobiernos en turno, no hace más que poner en manos del
mercado, del modelo económico preponderante (léase capitalismo), el bienestar
de la población, y no estoy diciendo que hoy no haga algo, pero bien puede
hacer más. No todo es culpa de “factores externos”. Ha de asaltarse el poder
político y retomar el rumbo, caminar con nuestros propios pies, utilizar al
Banco de México para fomentar el desarrollo y no solo cuidar de la inflación,
renovar la clase política, y transformar el sistema productivo con
transferencias de tecnología hacia adentro. Quizá deberíamos parar de
obsesionarnos un poco con crecer económicamente y aplicar (mientras tanto) otros
instrumentos de bienestar social en su lugar.
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Correo electrónico: isabelesjose@gmail.com