Cyrus, la película de la semana

Lic. Gerardo Garza Ramírez
Profesor del Departamento de Filosofía y Ética
ITESM, Campus Monterrey

(Estados Unidos; 2010).

Dirección y Guión: Jay Duplass y Mark Duplass.

Género: Drama, Comedia, Romance (91 minutos).

Palabras Clave: Amor, Maternidad, Relaciones Interpersonales, Otredad, Madurez, Rivalidad, Egoísmo. Actores Principales: John C. Reilly (John); Jonah Hill (Cyrus); Marisa Tomei (Molly); Catherine Keneer (Jamie); Matt Walsh (Tim); Kathy Wittes (Ashley); Tim Guinee (Roger); Steve Zissis (Rusty); Jamie Donnelly (Pastora).

El Dilema:

Un joven de 27 años (Jonah Hill) aún vive con su madre Molly (Marisa Tomei); ambos tienen una relación muy estrecha que los hace convivir en un ambiente muy agradable. Los problemas inician cuando la madre empieza a ser cortejada por John (John C. Reilly), ya que los celos que provoca en el joven inmaduro la entrada de este intruso, lo orillan a boicotear la incipiente relación para que ésta no florezca. Ambos hombres habrán de iniciar una batalla en la cual el codiciado premio es el continuar la relación con Molly; el reto es lograr romper la relación sin que ella se entere.

La Reflexión:

Iniciemos nuestra clase: Aristóteles señala que toda actividad persigue un fin, un objetivo que es el bien de la misma; por ejemplo, el fin de la medicina es la salud, el de la arquitectura es el diseño y la edificación, etc. Es evidente que existe un orden y jerarquización de fines; unos parecen ser más valiosos e importantes que otros. Inclusive, cada uno de nosotros podemos descifrar cuál es nuestro “propio y absoluto bien supremo”. De esta manera, podemos comprender que, no solamente tenemos sueños que alcanzar como personas, sino que también de cómo queremos que éstos se cumplan. ¿Cómo estar seguro de la validez y pertinencia de estos sueños?

Fernando Savater señala que el hombre tiene un doble nacimiento: “fisiológicamente primero y socialmente después”. Es en sociedad como nos realizamos, donde intentamos lograr una vida íntegra y donde pretendemos alcanzar nuestro bien superior. Sin embargo, Kant señala que el hombre, en su “insociable sociabilidad”, hace esta convivencia sumamente compleja. De ahí la famosa pregunta: ¿es el hombre bueno o malo por naturaleza? Si queremos vivir en sociedad, habremos de entender que en todos nosotros se pueden dar ambas tendencias; así, debemos considerar: a) ¿Cómo organizar nuestra convivencia teniendo en cuenta tanto las tendencias egoístas como solidarias? y b) ¿Cómo debemos orientar nuestros sueños, nuestros deseos, a través de los ideales de realización?

Esta tarea sería muy fácil si nuestra conducta viniera dada a priori de forma natural, a través de los instintos; sin embargo, los seres humanos no tenemos fuertes instintos que condicionen de manera total nuestra conducta. Geertz menciona que “el hombre es el animal que más depende de mecanismos de control extragenéticos, que están fuera de su piel, y que conforman programas culturales para ordenar su conducta.”

De esta manera, al llevar a cabo una reflexión seria y profunda sobre la moral, tenemos que hacerlo atendiendo a dos dimensiones: a) Ética como Horizonte de Plenitud (referenciada a cómo debemos orientar los deseos a través de ideales de realización y b) Ética como Ideal de Convivencia (referenciada a cómo organizar en la convivencia las complejas tendencias de egoísmo y solidaridad).

Bueno, hasta aquí la clase; ahora la tarea consiste precisamente en relacionar la teoría anterior con la película que están a punto de presenciar.

CINéTICA ES UNA ACTIVIDAD ACADÉMICA Y CULTURAL ORGANIZADA POR EL DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA Y ÉTICA DEL TEC DE MONTERREY.

FUENTES: www.imdb.com

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