Existen razones de sobra para que la nueva administración municipal, implemente en lo inmediato la creación de Consejo Municipal de la Posteridad, al cual debemos entenderle como parte del entramado institucional de la municipalidad, y en lo inmediato del andamiaje del futuro de los sayulenses y de las generaciones venideras. Dicho Consejo no existe en nuestra pequeña ciudad, pero debe existir. Posteridad implica futuro, y ese será el eje rector de la institución una vez creada.
Analizando de momento su dirección, esta debe estar a cargo de una personalidad que represente al sayulense, que no sea político alguno, sino que por su trayectoria social y visión de futuro, se comprometa en la dirección del Consejo. El cargo debe ser electivo y rotativo, de forma que el órgano administrativo, acepte propuestas de la comunidad, y elijan entre todos. Su titular será algo así como una “ministra (o) del futuro”, que prevea escenarios venideros para Sayula, en base a los cuales se diseñen directrices a seguir. Por ejemplo, Brasil tiene hoy día, a Roberto Mangabeira Unger, ministro de Asuntos Estratégicos en el gabinete de Luiz Inacio Lula Da Silva. Lula le invitó a trabajar en su gobierno, y le propuso “formular un modelo conceptual sobre el futuro de Brasil” (El Pais.com, 09-02-09).
El Consejo será un instrumento institucional cercano al sayulense, que establezca políticas públicas sobre el futuro de Sayula. Su obligación será pensar en aquello que aún no existe, pero que debe y puede existir; además de atraer capital necesario para emprender proyectos. El Consejo será un hito histórico basado en su Plan Municipal de la Posteridad (PMP), estableciendo a largo plazo (50 o 100 años), cuál es la prospectiva del municipio, pero una prospectiva que implique las maniobras encausadas en su solución, es decir avances y resultados.
El Cabildo en su conjunto debe emprender la creación del Consejo, en aras de colocar al municipio en el lugar que siempre ha merecido. El Consejo debe contar con presupuesto público a través del ayuntamiento, de forma que los recursos sean administrados por un contingente ciudadano que nada tenga qué ver con partidos, obligándose así a rendir cuentas y transparencia ante el resto de los habitantes. Porque es hora de que la ciudadanía demuestre su capacidad de administración y un manejo eficiente de las riquezas públicas. Cabe aducir, que la integración social en formas como ésta, garantiza la creación de redes sociales horizontales (no verticales como en regímenes autoritarios), necesarias para que la ciudadanía realice “autoayuda, solidaridad, y solución de problemas” (Víctor M. Durand Ponte: “Ciudadanía y cultura política”, 2004, p. 123).
Cuatro ejes del PMP son esenciales: educación, economía, desarrollo urbano y seguridad pública. En cada uno de ellos podemos incluir otros, incluso adherir ejes. El Consejo realizará estudios en cada una de tales materias, partiendo del presente y proyectando la imagen municipal a escenarios de 50 o 100 años. Quizá es necesario aclarar que desarrollo urbano alude a infraestructura y vialidad municipal (a grandes rasgos); a su vez, en economía es importante incrementar la recaudación fiscal. En los estudios es importante, se incluya la participación de los ciudadanos, cualquiera que tenga el deseo de aportar podrá hacerlo a través de ellos. El complemento de tales estudios, serán las acciones y los resultados que se vayan esgrimiendo, para consolidar las metas propuestas en el PMP.
Esto es a grosso modo el Consejo Municipal de la Posteridad, que tendrá lugar cuando alguien con voluntad suficiente tenga la intención de secundar el proyecto. Sin duda quedan muchas preguntas por responder, muchos puntos quedan sin desarrollar, y lo anteriormente dicho no implica un estricto seguimiento, pero la idea está aquí para ser tomada en cuenta. La hora de las propuestas llegó, y nadie debe esperar a que llegue el “momento propicio” para ponerles en práctica: ese momento es hoy. El nuevo alcalde está obligado a realizar esfuerzos superlativos, al igual que el Cabildo. Es momento de que a la población le devuelvan la dignidad perdida, porque al paso que vamos, aquellos que den la bienvenida al siglo XXII, seguramente tropezarán con una muy triste realidad.
PD. Hay un colega en la localidad que no se cansa de tirar piedras a Tzaulan, le aventó una a su servidor y escondió la mano. El motivo: el artículo pasado de Luz y Fuerza del Centro (no le gustó). Lo curioso: sólo se remitió a escribir “anónimo” en lugar del nombre de un servidor. La razón: temía una apelación al derecho de réplica.
Artículo publicado en 2009 en www.sayulatimes.com
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