José
Isabeles
Para la Real Academia
Española (RAE), el progreso es la acción de “ir hacia adelante”, definición que
se complementa con una segunda propuesta: “avance, adelanto, perfeccionamiento”.
En ese sentido entendemos el progreso como la mejora de las cosas, del entorno
o del ser humano. El avance de la
especie hacia un mejor estadio, la evolución constante. Sin embargo, “el cambio
no es progreso”, asegura Henry Louis Mencken.
Si bien, el cambio no es
necesariamente sinónimo de progreso, sí es el cambio un ingrediente para el
avance, para ese progreso. En ese sentido las alternativas al progreso son el
estancamiento, deterioro y “la eventual extinción de toda vida”, se subraya en
el artículo de la Universidad de Stanford The
Meaning of Progress (Chapter 1, disponble en: https://web.stanford.edu).
De ahí que el progreso
“pueda ser definido como una mejora en el bienestar
de los seres humanos”. Se puede agregar que el bienestar depende también del
entorno en que se habita. Usualmente el progreso puede ser identificado con “mejoras
en la vida pública”, subraya el documento, “mejoras en la civilización, el
comportamiento ético o la observancia religiosa”.
Resulta típico que los
cambios pueden beneficiar a un segmento de la población, mientras que a otros
los hace sentir peor. En esta discusión conceptual, se ejemplifica con la
introducción de la democracia, buena para muchos, pero que reduce el poder de
una autocracia preexistente. La abolición del apartheid en Sudáfrica logró avances en el bienestar de la
población negra pero puso en peligro el estatus social y económico de los
blancos dominadores. En economía no es el crecimiento donde se manifiesta el
progreso, sino que implica un desarrollo más amplio en cuanto a la calidad de
vida. Ahí está la clave.
El Homo Sapiens tiene entre 350 mil y 100 mil años de existencia; pero
más atrás ya tuvimos al Homo Erectus,
hace aproximadamente 1.5 millones de años en la línea del tiempo. El progreso
de nuestra especie es inobjetable. Discutamos lo abstracto de los conceptos
pero pasemos también a la realidad, a la meta de transformarla. El entorno avanza
en medio de las crisis y estancamientos, cuando nos apropiamos de la cosa y objetivizamos lo que queremos
alcanzar, por ello es crucial la idea del progreso, porque una visión que
carece de ello termina deshonrando y sumiendo todas las posibilidades de lo que
esa realidad podría ser.
Twitter:
@joseisabeles
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