LPL
José Isabeles
Vale la pena preguntarnos
por qué en las evaluaciones internacionales PISA, en estudiantes mexicanos de
15 años de edad, en todas: 2000, 2003, 2006, 2009, 2012 y 2015… obtenemos el
último sitio de los países de la OCDE. En estos años, la mejora educativa no
resulta significativa, o lo que es lo mismo, casi es nula (recomiendo leer mi
artículo en Internet: ¿Educación para una
economía exitosa?).
El éxito educativo de
cualquier país, se traduce allá afuera: en la economía, en seguridad, la
limpieza de las calles, en cultura vial, en nuestras familias, en la sociedad
que tenemos… ¡en el país! Si un individuo se educa y adquiere mayores grados de
instrucción, tiene la posibilidad de transformar su entorno, y directa o
indirectamente lo hace, de una u otra forma. En lo sucesivo, muchos individuos
cambiarán a esa sociedad. Sin embargo, el éxito educativo no sólo depende de la
profesionalización docente, es decir, de que un educador tenga licenciatura o
posgrado y acredite exámenes; esto es, muy apenas un peldaño en todo el proceso
de la transformación social.
Si analizamos la variable “familia”,
podríamos medir la calidad de la nuestra en función de lo buena o mala que ésta
es. En este caso estamos frente al éxito educativo visto a través de nuestra
familia, pero, siendo claros, el trabajo, la estabilidad económica, la
educación de los padres, entre otros aspectos, también inciden en la calidad
familiar. En ese sentido, la educación impacta en todas las esferas de un país:
la cultura, la sociedad, la economía y la política, pero a la inversa también
se nutre de ellas.
Por su parte, la situación económica
de las familias mexicanas, se traduce en mejores condiciones de vida. En un
estudiante, su ánimo en la escuela será mejor porque su situación se lo permite.
El alumno no tiene que preocuparse de si su papá tuvo trabajo hoy, o si en casa
tendrán el dinero para enfrentar los gastos de esta semana. En una lógica
simple, el educando tendría que preocuparse tan solo de aprender. Aquí habría
más posibilidades de que el aprendizaje, y luego el éxito educativo se reflejen
con más naturalidad. Simultáneamente, la economía incide en el éxito educativo
y viceversa, sin embargo, alcanzar tal éxito en el mediano y largo plazo,
también atañe al gobierno, empresariado y sociedad civil en su conjunto. No hay
más.
Twitter: @joseisabeles
Correo: isabelesjose@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario