LPL José Isabeles
El día 03 de mayo del 2011, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco (PGJE) recibió a las 17:10 horas del día, dos comparecencias por escrito y dirigidas al procurador del estado, Lic. Tomás Coronado Olmos. En el documento se exponía con claridad el atropello de que había sido objeto el señor Víktor Geoffrey Berumen Ornelas, empleado público del Ayuntamiento de Guadalajara, así como su esposa e hijos por parte de un individuo que apuntaría su arma de fuego contra su familia. La sorpresa del caso fue que la persona que apuntó su arma contra ellos amenazándoles de muerte, fue José Abraham Ordoñez Cortés, entonces Oficial en la División de Seguridad Regional de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), y relacionado a la Policía Federal. Eh, ahí el pequeño detalle.
El día 2 de mayo 2011, siendo aproximadamente las 18:50 horas, la familia se encontraba circulando en su vehículo sobre la calzada Federalismo, al cruce de la calle Plan de San Luis, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Todo transcurría con normalidad entre las obras de repavimentación que retrasaban el flujo vehicular. El giro inesperado se presentó cuando los conductores circulando comenzaron a advertir la llegada de otro conductor quien manejaba de manera imprudente al grado de que orillaba a los automovilistas a frenar de súbito a fin de no impactar sus vehículos con el resto de los automóviles.
El individuo, según consta en la denuncia de hechos presentada ante la Procuraduría del Estado –cuyas copias tengo en mi posesión-, conducía un Cavalier rojo con placas HZY3832. Con su unidad intentaba a toda costa abrirse paso entre los demás automotores, sin importarle la seguridad de las personas y familias. Todos los conductores tocaban su claxon para evitar cualquier incidente.
Sin embargo, todo cambió cuando Ordoñez Cortés quiso desquitarse con el señor Berumen Ornelas. Fue entonces que el primero sacó un arma tipo escuadra y ya ante el vehículo del señor Berumen encañonó a su esposa a una distancia de aproximadamente 40 centímetros: “Quiubo cabrón, van a chingar a su madre (…)”, soltó Ordoñez Cortés.
En ese momento el individuo sosteniendo su pistola y en plena calle “cerrojeo su arma subiendo tiro (…) y no dejaba de apuntar también a mis hijos. Se veía sediento en cólera. Su intención era la de no dejar testigo alguno, por lo que yo continuaba rogándole que dejara en paz a mi familia y que dejara de ver y apuntarle a mis hijos con el arma. Fueron aproximadamente unos dos minutos que parecían eternos (…)”, relata Berumen Ornelas en su declaración.
La gente al ver la escena comenzó a pitar ya que además el individuo estaba obstruyendo dos carriles de Federalismo. La respuesta de esta persona fue: “volvieron a nacer, chinguen a su madre”, abordó el Cavalier y comenzó a huir. Lo que no sabía esta persona es que Berumen Ornelas era (y actualmente es) policía municipal del Ayuntamiento de Guadalajara. Berumen Ornelas pidió apoyo inmediatamente a las autoridades policiacas a través de su hermano Joshua Abraham Berumen Ornelas, quien labora en el Centro Estratégico de Comunicaciones y Observación Electrónica de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la ciudad de Guadalajara.
La respuesta fue inmediata.
En pocos segundos la unidad G-1069 de dicha secretaría arribó al lugar y bloqueó el paso a Ordoñez Cortés, quien no se detenía, y en todo momento sostuvo su arma con la intención de disparar. Afortunadamente los policías lo desarmaron, esposaron y detuvieron.
“Te tuve lástima por tus pinches chiquillos y tu vieja, si no, ya te hubiese dado tus plomazos”, espetó Ordoñez Cortés delante de los oficiales.
Para sorpresa de los involucrados, José Abraham Ordoñez Cortés ostentó en ese momento el grado de Oficial perteneciente a la División de Seguridad Regional de la SSP, y relacionado con la Policía Federal, además de exponerse en la denuncia su Clave Única de Identidad Policial que lo acreditó como elemento de dicha corporación.
Desafortunadamente, y a pesar de que en todo momento Ordoñez Cortés vociferaba, insultaba y amenazaba a la familia en mención, el coordinador operativo (con clave 1503) del Juzgado Municipal ubicado en la Calzada Independencia Norte N° 840, el Lic. Marco Antonio Castañeda Aguilar, al hacerse cargo de la situación, optó por dejarlo “inmediatamente en libertad” tras lo que se menciona como “acuerdos personales y/o institucionales”, desconociendo pero obviando a su vez las razones que llevaron a esta decisión.
Castañeda Aguilar “no dio seguimiento ni trámite correspondiente, omitiendo sus funciones”, ya que ordenó “que no se remitiera a un delincuente que con arma de fuego atentó contra la vida de una familia” entera entre ellos dos menores de edad que presenciaron tal atrocidad.
Se expresa en la denuncia que el Lic.. Marco Antonio Castañeda Aguilar, usurpó funciones de Ministerio Público así como de juez, cometiendo en esta situación el delito de evasión de reos, tomándose atribuciones y dejando en libertad a José Abraham Ordoñez Cortés, y sin permitir que la verdadera autoridad competente se hiciera cargo.
Por tales motivos, el señor Víktor Geoffrey Berumen Ornelas solicitó fijar día y hora de ratificación de la denuncia; así como las grabaciones de audio de la llamada telefónica que realizó su hermano, con el propósito de brindar apoyo a la familia; así como las grabaciones de audio de la frecuencia de radio de la zona, correspondientes al manejo de este servicio.
El presente testimonio corresponde así, al inicio de un ir y venir sin respuesta así como a una cadena de impunidad, corrupción y servilismo, que involucra al ex secretario de Seguridad Ciudadana de Guadalajara, Servando Sepúlveda Enríquez, y quien recientemente renunció por motivos “personales” al cargo en el Ayuntamiento de Guadalajara, quien además en ningún momento de su administración se sometió a los exámenes de confianza a petición de las autoridades correspondientes (en lo personal aún me pregunto por qué razón); asimismo se involucra al entonces alcalde Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, hoy candidato del PRI a la gubernatura de Jalisco, quien brindó parte de los obstáculos para que este proceso no se agilizara y por el contrario, se atascara en el terreno de la indiferencia. Hasta el momento la familia afectada no ha recibido justicia de las autoridades, y el señor Berumen Ornelas sigue con gran tenacidad buscando reivindicar los actos lastimosos de que fue objeto él y su familia.
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