Una carta de 504 palabras circuló hace días (por Internet), a algunos sayulenses en California, de parte de Amilcar, candidato por el PT en Sayula. Pensé en aquella vez que tome el autobús de Compton City (CA) hasta Tijuana, y de ahí otro hasta Guadalajara, treinta y tantas horas me aventé, toda una aventura, algún día les contaré.
En la carta, dice Amilcar ser una opción nueva, sin duda lo es, porque sin trayectoria política podría resultar atractivo para la población, aunque no necesariamente sea la mejor opción. Dice identificarse con los paisanos porque, él puntualiza haber trabajado en una fábrica en Los Angeles. Recordé a los Tigres del Norte: “vivo mi vida al estilo mexicano…”.
Escribe Amilcar: “allá nada es gratis y ustedes lo saben con unos jornales y una forma de vida que la mayoría de gente de Sayula ignora…”. Está bien que quiera quedar bien, pero aquí la gente ignorará en todo caso los lugares, las grandes urbes, sencillamente porque no les conoce personalmente, pero la forma de trabajo no.
Sí, allá nada es gratis, tampoco aquí. La forma de vida en el primer mundo es distinta, pero no rotundamente. Muchos allá se levantan de madrugada, aquí también; muchos trabajan jornadas de doce, quince, inclusive más horas, aquí también. Muchas cosas son exactamente igual aquí, sólo que a la mexicana. El sacrificio (lo digo respetuosamente) llega a ser tan grande, inclusive mayor que el del otro lado. También yo lo viví. Una diferencia notable estriba en el poder adquisitivo.
Dice Amilcar que las personas que han estado fuera como él, tienen otra perspectiva de las cosas (indiscutiblemente), “otra forma de trabajar”. En ésta última habría qué considerar desde luego las profesiones u oficios de cada quien. Pero aquí lo que importará, no es si ha estado fuera o no, si sus clientes son de otros países u otras culturas, si domina el inglés 75%. Aquí importarán los hechos, que se esté a la altura de los desafíos, inclusive de aquellos que aun no se avizoran.
Los siete puntos del tríptico están incompletos: gestionar empleos (toda una proeza, y faltaría ver de qué tipo); estructurar la policía municipal; respaldar a las familias y a la mujer en términos de valores y abusos (respectivamente); tratar la cuestión ambiental. El problema es que no explican los “cómo”. La calidad de las propuestas debe ser más exigente, la población ya no está para seguirle dando atole con el dedo.
A muchos la propia candidatura les vino tan a prisa, que no se dieron tiempo de armar una mejor estrategia, ni siquiera una página electrónica para quienes están lejos. Yo quiero ver a quien le tocará poner el portal electrónico del Ayuntamiento. Por lo pronto, como dice Lorenzo de Monteclaro “ya llegó el que andaba ausente…”, y a muchos tal vez sin quererlo, se les “concedió volver…”. PD. El nuevo presidente (a) tendrá un sólo legado: ser uno (a) más del montón, o trascender en la historia para siempre. Sugerencias: pepe1isabeles@hotmail.com
En la carta, dice Amilcar ser una opción nueva, sin duda lo es, porque sin trayectoria política podría resultar atractivo para la población, aunque no necesariamente sea la mejor opción. Dice identificarse con los paisanos porque, él puntualiza haber trabajado en una fábrica en Los Angeles. Recordé a los Tigres del Norte: “vivo mi vida al estilo mexicano…”.
Escribe Amilcar: “allá nada es gratis y ustedes lo saben con unos jornales y una forma de vida que la mayoría de gente de Sayula ignora…”. Está bien que quiera quedar bien, pero aquí la gente ignorará en todo caso los lugares, las grandes urbes, sencillamente porque no les conoce personalmente, pero la forma de trabajo no.
Sí, allá nada es gratis, tampoco aquí. La forma de vida en el primer mundo es distinta, pero no rotundamente. Muchos allá se levantan de madrugada, aquí también; muchos trabajan jornadas de doce, quince, inclusive más horas, aquí también. Muchas cosas son exactamente igual aquí, sólo que a la mexicana. El sacrificio (lo digo respetuosamente) llega a ser tan grande, inclusive mayor que el del otro lado. También yo lo viví. Una diferencia notable estriba en el poder adquisitivo.
Dice Amilcar que las personas que han estado fuera como él, tienen otra perspectiva de las cosas (indiscutiblemente), “otra forma de trabajar”. En ésta última habría qué considerar desde luego las profesiones u oficios de cada quien. Pero aquí lo que importará, no es si ha estado fuera o no, si sus clientes son de otros países u otras culturas, si domina el inglés 75%. Aquí importarán los hechos, que se esté a la altura de los desafíos, inclusive de aquellos que aun no se avizoran.
Los siete puntos del tríptico están incompletos: gestionar empleos (toda una proeza, y faltaría ver de qué tipo); estructurar la policía municipal; respaldar a las familias y a la mujer en términos de valores y abusos (respectivamente); tratar la cuestión ambiental. El problema es que no explican los “cómo”. La calidad de las propuestas debe ser más exigente, la población ya no está para seguirle dando atole con el dedo.
A muchos la propia candidatura les vino tan a prisa, que no se dieron tiempo de armar una mejor estrategia, ni siquiera una página electrónica para quienes están lejos. Yo quiero ver a quien le tocará poner el portal electrónico del Ayuntamiento. Por lo pronto, como dice Lorenzo de Monteclaro “ya llegó el que andaba ausente…”, y a muchos tal vez sin quererlo, se les “concedió volver…”. PD. El nuevo presidente (a) tendrá un sólo legado: ser uno (a) más del montón, o trascender en la historia para siempre. Sugerencias: pepe1isabeles@hotmail.com
1 comentario:
you have all the reason about the pan
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