La historicidad de Sayula ha sido a través de 486 años, durante los cuales se ha avanzado. Se ha caminado, pero ¿hacia dónde? es ahí donde está la gran oportunidad, y no el problema. Ser capaces de diseñar un futuro municipal, uno que dejó de tenerse desde hace mucho pero mucho tiempo. Uno que dejaron de brindar quienes observaron, en la función pública un trabajo ‘distinguido’.
Para terminar con la indolencia se requiere “querer” más que “tener”. En esta campaña, los candidatos tendrán la oportunidad de demostrar que desean trabajar, que se quiere anteponer un espíritu de sacrificio de servicio y humildad. Se tendrá la ocasión de incluir a los sayulenses en los propósitos de la administración.
Dicen que para que una mentira se vuelva realidad, basta con que se pronuncie unas mil veces. Ahora recordamos aquello que hiciera famoso el profesor Carlos Hank González del PRI, “un político pobre, es un pobre político”. Lo anterior explica que quien más dinero tenga y lo sepa utilizar, es quien seguramente ganará la elección en Sayula.
Los candidatos deberán realizar un análisis prospectivo del municipio, apreciar las condiciones actuales, evaluar las potencialidades de los negocios y microempresas, el potencial de su gente, de sus jóvenes, sobretodo observar las expectativas que tiene el pueblo. Así se debe determinar un proyecto que abrace las necesidades más apremiantes. Como diría Francisco Sastoque Mojica, especialista en prospectiva, “el futuro no sucede ciegamente, sino que depende solamente de la acción del hombre” (La Prospectiva: 1991).
Los sayulenses desean saber que el presupuesto no se destine a pagar hospitales privados, que hacienda municipal no reciba facturas de desayunos, comidas ni cenas con cargo al erario público, que los privilegios dejen de ser tal cosa, y como diría Juárez, vivan “entre la medianía” de lo que sus cargos les puedan proporcionar. Sayula desea ver más obra pública de calidad, que el presupuesto se ejerza con responsabilidad, y se identifique el costo-beneficio de las obras, no sólo construir por construir. ¿Acaso llegará alguien a firmar compromisos ante notario público?
Si la fundación de Sayula el 22 de diciembre de 1522, trajo consigo el nombramiento de ésta como capital de la Provincia de Ávalos, en honor a su fundador, el español Alonso de Ávalos, y encabezaba pueblos como Atoyac, Amacueca, Tepec, Usmajac, Cuyacapán y Tapalpa, ¿cuál fue la causa del detrimento de su importancia?, ¿a caso los proyectos sin dirección de sus administraciones? Sin duda es momento ya, de que ese letargo tanto de su población como de las autoridades, desaparezca y comiencen a configurar la fundación del Sayula del siglo XXI.
Los candidatos y partidos están obligados a dar un revés a la política tradicional sayulense, pararse ante la gente y presentarle propuestas, lejos de palabras sin sentido, explicar las ofertas que consolidarán un proyecto con rumbo. ¿Podrían trabajar juntos ganadores y perdedores luego de las elecciones municipales? A los sayulenses nos toca saber de las acciones de los políticos, de sus partidos. Por ejemplo, para votar usted tendrá qué considerar que México rechaza en un 32.8% al Partido del Trabajo, y que el 40.4% de los mexicanos repudian al PRD, mientras que el PAN es el que menos rechazo presenta (Consulta Mitofsky: Así Van).
Para terminar con la indolencia se requiere “querer” más que “tener”. En esta campaña, los candidatos tendrán la oportunidad de demostrar que desean trabajar, que se quiere anteponer un espíritu de sacrificio de servicio y humildad. Se tendrá la ocasión de incluir a los sayulenses en los propósitos de la administración.
Dicen que para que una mentira se vuelva realidad, basta con que se pronuncie unas mil veces. Ahora recordamos aquello que hiciera famoso el profesor Carlos Hank González del PRI, “un político pobre, es un pobre político”. Lo anterior explica que quien más dinero tenga y lo sepa utilizar, es quien seguramente ganará la elección en Sayula.
Los candidatos deberán realizar un análisis prospectivo del municipio, apreciar las condiciones actuales, evaluar las potencialidades de los negocios y microempresas, el potencial de su gente, de sus jóvenes, sobretodo observar las expectativas que tiene el pueblo. Así se debe determinar un proyecto que abrace las necesidades más apremiantes. Como diría Francisco Sastoque Mojica, especialista en prospectiva, “el futuro no sucede ciegamente, sino que depende solamente de la acción del hombre” (La Prospectiva: 1991).
Los sayulenses desean saber que el presupuesto no se destine a pagar hospitales privados, que hacienda municipal no reciba facturas de desayunos, comidas ni cenas con cargo al erario público, que los privilegios dejen de ser tal cosa, y como diría Juárez, vivan “entre la medianía” de lo que sus cargos les puedan proporcionar. Sayula desea ver más obra pública de calidad, que el presupuesto se ejerza con responsabilidad, y se identifique el costo-beneficio de las obras, no sólo construir por construir. ¿Acaso llegará alguien a firmar compromisos ante notario público?
Si la fundación de Sayula el 22 de diciembre de 1522, trajo consigo el nombramiento de ésta como capital de la Provincia de Ávalos, en honor a su fundador, el español Alonso de Ávalos, y encabezaba pueblos como Atoyac, Amacueca, Tepec, Usmajac, Cuyacapán y Tapalpa, ¿cuál fue la causa del detrimento de su importancia?, ¿a caso los proyectos sin dirección de sus administraciones? Sin duda es momento ya, de que ese letargo tanto de su población como de las autoridades, desaparezca y comiencen a configurar la fundación del Sayula del siglo XXI.
Los candidatos y partidos están obligados a dar un revés a la política tradicional sayulense, pararse ante la gente y presentarle propuestas, lejos de palabras sin sentido, explicar las ofertas que consolidarán un proyecto con rumbo. ¿Podrían trabajar juntos ganadores y perdedores luego de las elecciones municipales? A los sayulenses nos toca saber de las acciones de los políticos, de sus partidos. Por ejemplo, para votar usted tendrá qué considerar que México rechaza en un 32.8% al Partido del Trabajo, y que el 40.4% de los mexicanos repudian al PRD, mientras que el PAN es el que menos rechazo presenta (Consulta Mitofsky: Así Van).