(PIHUAMO, JALISCO).- Tiempo después de esta pesadilla que vivió la municipalidad de Pihuamo, a través de su administración municipal, con un presidente poseedor de características tales como soberbia, prepotencia, así como alejado de su Pueblo, y muy asiduo a la represión, al frente de una alcaldía con finanzas muy cuestionadas, por fin termina esta etapa tan funesta y impúdica para Pihuamo y sus habitantes.
Los Pihuamenses recordaran a este ilustre personaje y a quien seguramente nunca olvidaran por sus hechos. En estos tres años se vivió de todo, no hubo ningún beneficio en la economía de la gente de Pihuamo, no hubo progreso, no hubo nada. Sin embargo las voces mismas del pueblo saben que el señor Felipe de Jesús Mayoral Landin mantuvo para sí un desmesurado beneficio, más propio que común, un botín a caudales.
Dado que algunas personas cuestionan el hecho de mi participación a través del periodismo en las acciones de este gobierno municipal, debo recordar que su servidor José Isabeles, tuvo la fortuna de estudiar la licenciatura en Ciencia Política en la cuna empresarial e industrial del País: Monterrey, lo que naturalmente brinda otra perspectiva del ejercicio público. Asimismo en mi juventud estuve vinculado estrechamente a Pihuamo realizando funciones de capacitador tutor a través de CONAFE en algunas rancherías del municipio, logrando llevar la educación elemental a los niños y niñas de estas comunidades, aquí encontré la amistad y el respeto hacia este pueblo “Lugar de Grandes Señores”, de gente buena y gente noble que no merece la oligarquía rapaz que hoy despedimos.
En mi labor periodística y gracias a las redes sociales, así como el reiterado interés por mi región, le di seguimiento al municipio, en esta forma fui conociendo del arraigo que tiene la gente de Pihuamo por su terruño, de la identidad y el orgullo por sus costumbres y tradiciones, por su familia en este México divido en mosaicos únicos, de la gente que emigra al norte y de la gente que espera a sus seres queridos en el pueblo, esos dos mundos que no se pueden unir por la falta de oportunidades que los gobernantes ofrecen, cada una de las voces de desesperación fueron mi mayor fuente de información, fue en esta parte donde mi deber moral por un México mejor, por un México de libertades, brotó.
Toda la información que llegó a mis manos tenía que ser dada a conocer, me resulta insoslayable que un personaje como Felipe Mayoral Landin, en este caso emanado del PRI (y símil del alcalde de Sayula, Samuel Rivas Peña, del PRD), se pensaba dueño feudal de un lugar que ni siquiera le pertenecía y que él crecía, ‘controlaba’.
Era mi deber mostrar siquiera un poquito apenas de la verdadera historia, y fue precisamente hace ya prácticamente un año que realicé el primer artículo, opinando sobre el conjunto de las irregularidades que se veían venir en contra de las arcas del municipio. Fue hace un año que levantamos la mano y lo decíamos abiertamente.
Así mismo estuve pendiente de como se desarrollaba la política municipal y del mismo modo con todo el conocimiento de causa pudimos anticipar que el PRI en Pihuamo, perdería los comicios electorales gracias a la mala actuación de Felipe Mayoral Landin, fue su insolencia, sus intereses personales, familiares y de grupo, fue su manera tan pobre y mediana de hacer política, como se dio cuenta en su momento, se trató más de un “político antiguo y gansteril, en un Pihuamo que quiere modernidad y progreso”, vaya anacronismo. Fuimos testigos de los esfuerzos pletóricos del mayoralismo por no refrendar la confianza de su partido.
Es así que durante este tiempo recibí información de la cual estoy muy agradecido y reviste un ángulo hoy muy preocupante dado lo valioso de la misma, poniendo énfasis en lo pernicioso de que un personaje político con sus características llegue al poder como mero arribista y político charro ajustada a la visión que se tiene de los líderes sindicales del mismo adjetivo. Es aquí donde decimos adiós al señor Mayoral Landín: sigue tu camino pero no regreses más, y que quede claro, el pueblo de Pihuamo le demostró su poder, y le espetó: “ya no mas Mayorales que vienen a servirse y no a servir”.
Pero así como gracias al cielo se va Mayoral Landin, se van todos los personajes que administraron el Ayuntamiento, iniciando por el joven que se veía como promesa, pero que se hundió en singular pantano, hablo de Ramón Martínez funcionario gris, deshonesto, mediocre y sin futuro político.
Seguimos con el personaje que era la manzana podrida y de la discordia, que echó a perder a esta administración, y más vale que no vuelva Juan José Partida, su Tesorero Municipal y artífice de todo el desorden financiero en esta tan dolida municipalidad. Se le recordará como el funcionario que hipotecó a los Pihuamenses con el tema del alumbrado público por diez años y por más de 22 millones de pesos (tremendo boquete al tesoro municipal), siendo una deuda histórica para Pihuamo y con gran beneficio, eso sí, para Felipe Mayoral. Con el asunto de las viviendas el cual quedó sin resolver y no hay que olvidarlo, Juan José Partida será recordado como el tesorero que nunca tuvo dinero para nada ni nadie fuera de su equipito gregario, a quien los asuntos sociales nunca le importaron, que nunca hubo apoyo para la gente de escasos recursos, para medicinas, educación, para las fiestas de su pueblo, su cultura, para los servicios públicos, para su mismo personal, por enunciar solo algunos rubros, sin embargo para otras cosas que eran en su beneficio encontró un maravilloso beneplácito, y siempre buscando el negocio (negar el ocio) como principal premisa, encontrando en J. Isabel Romero Díaz, quien ostentó el cargo de Director de Desarrollo Rural y Leobardo Jiménez Martínez, Director General de Desarrollo Rural y Promoción Económica, a los mágicos operadores de sus triquiñuelas; estos personajes hicieron lo que quisieron con el municipio, pero que al final de cuentas y gracias a que se señaló en su momento, la gente de Pihuamo pudo conocer realmente su verdadero rostro, e intereses creados.
Estamos ciertos que si la personas tienen argumentos sólidos y que no caigan por su propio peso, éstas razonan, meditan y evalúan una gestión, serán remitidos a una evaluación y resultado como la que se vio reflejada en las pasadas elecciones, con efectos sorprendentes incluso. Su servidor tres meses antes, realizó este análisis y apuntamos por qué perdería el grupo gobernante el poder. Y así fue, el hartazgo fue tal que los mayoralistas cayeron pese a la negación del ser.
Adiós a don Felipe, siga tu camino sin retorno, el pueblo de Pihuamo le recordara por lo que fue, un presidente sin palabra, sin compromisos, soberbio, prepotente, cínico, que una y otra vez pisoteó y humilló a la gente de Pihuamo, y que adquirió, según la mismas voces del pueblo, un beneficio económico halagador, aunque fruto del oprobio. Que le haga bien y le aproveche. Y que la justicia no le olvide. Yo por mi parte le agradezco los servicios prestados al pueblo y al Estado, máxime no hayan sido los mejores, pero como en todo, uno siempre tiene que dar las gracias y reconocerle la oportunidad que tuvo, aunque la haya botado a la basura.
Igualmente quiero anunciar que seguiremos recibiendo información y dándola a conocer por el bien de Pihuamo si es que las condiciones de deshonra y desprestigio así lo ameritan. Sobre la siguiente administración municipal seremos observadores y críticos, estaremos pendientes siempre deseándoles que realicen un excelente papel en beneficio de este gran pueblo de Pihuamo. De ser lo contrario la misma sociedad (y esta pluma quien escribe) se los recordará negándoles el voto dentro de tres años, y así como sale repudiado y defenestrado Felipe Mayoral como presidente municipal, esperemos por el bien de Pihuamo que el próximo gobernante, Everardo Contreras López de Movimiento Ciudadano, demuestre una forma de gobierno de vanguardia, abierta y receptiva, y que no venga, como el saliente, a querer dar informes de gobierno a escondidas o solo viéndose aplaudido por sus empleados, pues como lo vimos: se le olvidó a Mayoral Landin que su compromiso era darle la cara y rendir cuentas a su pueblo de frente y ante todos. En fin, adiós Felipe.
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